PRÓLOGO

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Desperté un día de otoño como cualquier otro. La claridad del Sol quedaba en gran parte ocultada por un temporal en el que la lluvia y las nubes gozaban de gran protagonismo.

Mi primera sensación fue de felicidad; pues me di cuenta de que, al no tener colegio, podría pasarme toda la mañana en pijama vagueando. Mi tío Drabis no estaba; así que tenía fijado el propósito de no dar pie con bola en todo el día. Pero nunca me fue posible cumplir tal propósito:

-¡Ding, dong!- exacto; había sonado el timbre, más inoportuno que nunca. Me levanté de un salto, me vestí con lo primero que encontré y me dirigí hacia la puerta.

Por cierto, creo que no me he presentado; mi nombre es Dimas, vivo en un pequeño pueblo al norte del Reino de Eramis, antaño gobernado por mi padre. Por aquel entonces yo vivía con mi tío Drabis, a la espera de llegar a la mayoría de edad, 21 años, para poder heredar su trono.

Antes de que me ocurriera todo esto que os voy a contar, yo habría definido del reino de Eramis como un reino de paz y tranquilidad; pero pronto descubrí lo ingenuo que había sido pensando esto.

- ¡Buenos días, señor Dimas! ¡Buenos días tenga usted! Esperemos que sepa desempeñar bien su papel en la nueva era que llega para usted y para el reino.

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Año 2359. Moscú, Rusia.

-Los heridos que ha dejado esta guerra son muy numerosos y quiero que todos vosotros trabajéis el doble de vuestro horario durante esta próxima semana. ¿Entendido? Recibiréis un aumento en vuestro sueldo de este mes por cada hora extra que trabajéis.

Lo que faltaba; ahora toca trabajar más, ¿no podía pasarme nada peor?
La Tercera Guerra Mundial ha destruido la vida de todo el mundo; de mi familia quedamos mi hijo pequeño, Vlad, de 5 años, y yo.

Toda Rusia lamenta los sucesos ocurridos en estos últimos años, después de los cuales resulta hasta difícil adivinar entre los escombros lo que algún día fuera un espléndido imperio.

De vuelta a casa voy pensando en la guerra, y en todas las personas que me ha hecho perder.

Llego a casa y saludo a Vlad, tomamos una rápida cena y, tras darle las buenas noches me acuesto enseguida; mañana tendré que madrugar.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2016 ⏰

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