One-shot Saigenos 1/2

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Había sido un día tranquilo en la ciudad Z. Sin mounstros a los cuales destruir, ni nada por el estilo.
Sin embargo nuestro querido rubio mecánico no ha podido relajarse ni un solo segundo. Su sensei había salido temprano por la mañana a quién sabe dónde, dejando a su joven aprendiz desesperado.
Este mismo, ha intentado distraerse usando el ordenador pero no a dado resultado.

Pensamientos absurdos pasaban por la cabeza del cyborg, tales como "Tal vez este herido" o "Seguramente pudieron haberlo secuestrado", pero el chico-robot sabía que eso era ilógico. Saitama era el hombre más fuerte sobre la tierra, era imposible que algo le pasase.

Sacudió su cabeza de un lado para otro sacando todo ese tipo de pensamientos estúpidos. Hasta que cruzó por su mente algo en que no había pensado...

"¿Y si está con alguien más?"

El chico se abofeteó mentalmente por aquella idea tan ridícula, aunque no descartable. Jamás había visto a su sensei mostrado interés por alguien, aún si se tratara de la chica más guapa, pero esa no era excusa para decir que el héroe de capa blanca no estuviera con nadie más.

Él quería a su sensei, pero no era solo aprecio, sino algo más. Un sentimiento que calaba en lo profundo de su robotizado corazón, que apesar de ser de acero, guardaba dentro cada sentimiento y emoción que tenía hacia su maestro.

Suspiró.

Se levantó precipitadamente de su silla frente al ordenador, pero al mover solo un pie, resbaló con algo que lo hizo caer de cara al suelo.

Se levantó un poco, quedando de rodillas y observó qué es lo que causó la "pequeña" caída. Miró por todos lados hasta ver que entre sus rodillas estaba la sudadera de Saitama. Genos, se levantó rápidamente para llevar a lavar la prenda, pero al parecer estaba limpia. La miró por un par de segundos y una, no tan gran idea, se le ocurrió.

Se desvistió completamente y terminó por ponerse únicamente la sudadera del mayor. Era demasiado grande y por mala suerte ( ewe(? ) cubría sus partes NO robóticas, claro, era un cyborg, también tenía partes humanas como su torso y... Pues ya sabrán ustedes.

- Sensei...- Pronunció delicadamente para luego tirarse sobre futón del mencionado.

El fuerte aroma que desprendía la sudadera hizo que los circuitos del cyborg se sobrecalentarán. El olor de Saitama lo hacia volver loco y algo más.

La parte baja del chico estaba totalmente erecta y de alguna forma tendría que hacer que bajara.
Sujetó la prenda con los dientes y guió su mano hasta su entrepierna. El chico sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien, y mucho menos si era por su sensei, pero ya le daba igual, Saitama no se encontraba ahí así que... ¿Qué tenía de malo hacerlo?
Después de todo, nadie lo descubriría.

Masajeó lentamente su miembro, mientras que con cada suspiro aumentaba la rapidez de sus movimientos.

- S-sensei...Ngh!- Mencionaba entre gemidos y excitación, sin darse cuenta que para su desgracia, alguien más había entrado en el departamento.

Con su mano libre tocó uno de sus pezones, presionándolo y estirándolo, hizo que sus gemidos subieran de tono, que hasta los vecinos podrían escuchar. Lo bueno, es que no tenían vecinos.
El rubio estaba llegando al límite, totalmente sobrecargado arqueó su espalda.

- Sen-...Aaahhh! SENSEII!!!- Gritó/gimió al venirse. Su "cosa" terminó llegando hasta su rostro, ensuciando su abdomen y la sudadera.
Respiró agitado después de lo que había hecho. Si el mayor se enterara de esto, probablemente lo hecharía a patadas, según Genos.

Se levantó débilmente con intensión de encaminarse al baño y arreglarse antes de que Saitama llegara. Ahí fue cuando su cuerpo quedo totalmente inmóvil.

- Genos...- El mayor lo observaba desde hace unos minutos, cuando ya había llegado. El menor no sabía que hacer, estaba contra la espada y la pared. ¿Cómo le explicaría esto ahora? Ya no tenía nada que hacer, Saitama lo había estado observando durante todo ese rato, y seguramente ahora le tocaría la paliza de su vida.

- Sa- sai... Y-yo.. No es...- El cyborg estaba al borde del llanto.

Vio como el chico calvo se acercaba a él con la cabeza gacha, y tal vez no podía ver la mirada de este mismo, pero si a la mano que se acercaba rápidamente hacia él. Lo sabía, cerró los ojos con fuerza dejando caer unas cuantas lágrimas. Este sería su fin, las propias manos de la persona que amaba acabarían con él.

Y grande fue su sorpresa al no sentir ningún puño en la cara, si no algo suave. Abrió levemente sus ojos y se encontró con la mirada de Saitama fija en él. Sus narices estaban rozándose y en un pestañear, los labios del mayor se juntaron con los del rubio de manera ansiosa.

El chico de orbes doradas abrió los ojos por completo, su sensei no lo había golpeado, pero tampoco se esperaba algo como esto.

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Y hasta aquí la primera parte de este one-shot :v
Y pos disfrutenlo! :3

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