Por fin llego el tiempo más esperado para muchos hermanos y para mí, pues mañana iríamos de campamento ⛺, yo sabía que todos estábamos muy emocionados ya que nos encantaba salir los sábados y con muchísimo honor, portar nuestro maravilloso uniforme scout.
Las calcetas, el short, la falda, el cinturón, las motas, la camisola, la pañoleta e ir montando de uno en uno cada nudo en nuestro pañuelo.
Era una emoción muy difícil de describir, pero muy linda, tierna, algo así como ser abrazado por la fogata, enredado por sus cálidas llamas y unido por esta hermandad tan grande que es derramada en todas partes del mundo.
Me había portado tan bien durante una semana para que mis padres me dejaran acudir a este evento tan importante para mi, me sentía el elfo doméstico de mi mamá, le limpié los baños, la sala, el cuarto, toda la casa quedó impecable, fue algo muy devastador, pero valió la pena.
