Capítulo 4:

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Después de despedirse, Daniela se dirigió a su casa.
Por el camino solo hacía que pensar en lo que su amigo Javier había dicho. Iba a cargar con las culpas de Alex. Al principio estaba contenta, porque su novio no tendría que ir a la cárcel, pero luego pensó en Javier, y no le parecía justo. Clara tenía razón y el que debería cargar con las culpas tendría que ser su Alex, aunque no quisiese era lo correcto.
Entró en casa, y dejó sus cosas en la entrada y se miró al espejo. Tenía unas ojeras que se notaban a varios metros de distancia. El tema del accidente estaba acabando con ella, y ya no podía aguantar más. Estaba muy cansada, desde que había salido del hospital se encontraba peor psicológicamente, aunque intentaba disimularlo. Llevaba sin dormir varios días, y eso le estaba pasando factura. Su carácter y su aspecto no era el mismo.
Entró en la cocina, donde se encontraba su madre haciendo la cena. Cogió un vaso y se sirvió un poco de agua.
Su madre se fijó en las ojeras que presentaba su hija y se empezó a preocupar. Últimamente estaba más rara. Se pasaba el día en la calle o encerrada en su habitación, cosas que no eran normales en ella, porque siempre solía pasar bastante tiempo con su familia.
Después de terminar de beber el agua, su madre empezó a hablar con ella.

M: -Daniela, ¿te pasa algo? Últimamente te noto algo rara.- dijo la madre con cara de preocupación.

D: -No me pasa nada, lo único es que estoy algo cansada.-dijo Daniela sin darle la menor importancia a la pregunta. No quería que su madre supiese por lo que estaba pasando. Sabía que ella la podía ayudar o llevar a un psicólogo, pero si pasase algo de esto tendría que delatar el plan que estaban tramando sus amigos.
Intentó salir de la cocina, pero su madre la cogió del brazo y se lo impidió.
M: -Me estás mintiendo. Sabes perfectamente que me puedes decir lo que pasa, te puedo ayudar a solucionarlo, puedes confiar en mí.-

D: -Que no me pasa nada. Me voy a mi habitación, estoy algo cansada.- Volvió a intentar salir de la cocina, pero su madre la volvió a agarrar del brazo nuevamente y se lo impidió.

M: -Sé que todo esto es por el accidente. Llevas así desde que has salido del hospital, y esto me está empezando a preocupar. Solo quiero que me digas qué es a lo que le tienes miedo para poder ayudarte, luego ya te puedes ir a tu habitación.-

D: - No quiero hablar ahora sobre nada de eso. Déjame descansar un rato.- Daniela se marchó rápidamente antes de que su madre se lo volviese a impedir.
Cuando entró se tumbó en su cama y empezó a pensar en si decirle a su madre lo que le pasaba o no. Después de varios minutos se quedó dormida.

En la cocina, su madre, no paraba de pensar en la actitud de su hija y en lo que le pasaba. Nunca se había comportado de esa manera. Daniela siempre le contaba las cosas para que le ayudase o le diese su opinión. Pero en este caso no, y eso no era bueno.

Amistad y TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora