Charlotte
-Señorita, Tanner- La directora me miraba con lastima, Yo no he hecho nada para que ella me llame – Acompáñeme por favor.
Agarre mi bolsa y me dispuse a seguirla. Por el corredor solo se escuchaba su tacón chocar con la cerámica, no había un solo estudiante. Era raro cuando ella te sacaba de clase con una mirada como esas la última vez que la vi haciéndolo expulsaron a esa chica.
Me di cuenta que no caminábamos hacia su oficina si no a la salida de emergencias – Disculpe, A donde nos dirigimos- ella se limitó a mirarme con tristeza. Al abrir la puerta estaba mi primo Connor recargado en su auto al verme extendió su brazos llamándome con un gesto con su cabeza,
Sin pensarlo corrí a sus brazos, al estar entre ellos escuche sus sollozos, estaba llorando y no se por qué. Me aleje de él mirándole el rosto, solo me niega con la cabeza.
-Yo... Lo siento- su voz es débil y cortada –Murieron, todos murieron Charlotte nuestros padres murieron.
Eso no es cierto, yo hablé con mi madre esta mañana estaba bien, mi vista se nublo y mis piernas perdieron la fuerza y todo mi peso choco contra el suelo. La sonrisa de mi madre, sus ojos, su forma de abrazarme, La paciencia de mi padre. Mis tíos sus caricias todo se acabó.
-Lotte, Estaremos juntos... Lo prometo – le creía, era lo único que me quedaba. Me lance en sus brazos y me fundí en un fuerte abrazo.
-¿ahora a dónde iremos?- agarra fuerte mi muñeca, mirándome con los ojos cristalinos.
-Nos iremos de este lugar hoy mismo, empezaremos de cero dejaremos el pasado atrás- su cuerpo temblaba pero me aliviaba que me apoyara en este instante, ambos seremos nuestro apoyo.
Solo quedábamos nosotros dos éramos lo seis contra el pasado del abuelo y ahora ellos ya lo pagaron, sabíamos que esto pasaría pero ¿Quién está listo para ver sus padres morir?, Connor es tres años mayor que yo siempre me ha tratado como una hermanita y me ha protegido con su vida y yo haría lo mismo por el.
-Saldremos juntos de esto y nos iremos lejos del pasado. No borraremos la historia pero cambiaremos el final, lo prometo.
-Te amo, lotte- sentí como sus labios presionaban suave mente la piel de mi frente.
-Yo también Connor-
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Después de hablar con la directora, vamos Connor y yo en el auto sin rumbo alguno, no tenemos todo lo quemamos pensamos que así todo está mejor.
-¿Ya tienes idea a dónde iremos?- sabía que esto era duro para los dos pero lo tenía que preguntar. Me dio una mirada rápida y se limitó a encogerse de hombros.
-Ya tengo una idea, escuche hablar del hace años. Es un pequeño pueblo "desierto" – es mejor alejarnos de la sociedad del tiempo y comprendía que era lo mejor o si no tendríamos que responder a muchas preguntas.- Bueno no tan desierto, hay una clase de escuela de allí solo están los aprendices al entorno-
-Entonces... es un población joven- no creo que sus padres dejen ir a sus niño a un pueblo lleno de adolescentes en calor.
-Eso escuche yo... pero hay que averiguarlo ¿no? – Su mirada estaba llena de picardía.
-¿Por qué no?- me devolvió una sonrisa amarga, estamos destrozados pero en un pueblo así ¿que podrá pasar?
- Estará todo bien- lo decía mas para si mismo- estaremos bien-
Pude escuchar la amargura en su voz, me parte el corazón verlo tan destrozado. Connor mas que mi primo fue mi primer amor, el siempre estuvo allí cuando nuestros padres salían a hacer sus diligencias el estaba hay dándome cariño. Aparte que es guapo tiene un corazón que no posee cualquiera, sus ojos son grises cubiertos por grandes pestañas negras iguales a su cabello, su porte es tonificado es hermoso desde mi punto de vista.
- Se que me amas, pero lotte no me mires tanto. Me desgastas- Aunque sonría su mirada sigue siendo triste.- Por que lloraras- Freno el auto tan fuerte que si no hubiera tenido el cinturón de seguridad hubiera salido por el parabrisas.
Baja del auto dando un portaso que me deja aturdía, su mirada esta perdida llena de tristeza no aguanto verle así y... que no se me resbalen las lagrimas.
-Te amo maldita sea- solo puedo negar con la cabeza, esto esta mal es mi primo y nuestros padres han muerto.- ¡No lo niegues! solo te quedo yo...- su voz pierde la fuerza, como su cuerpo y cae al suelo.
soy una imbécil, el tiene razón es lo único que tengo salgo del auto como puedo y me lanzo en sus brazos, enfundándome en un fuerte abrazo dejando me llevar por su aroma y lo protegida que me siento en ellos