Close up.

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Un jueves 23 de septembre, en la fría pero divertida ciudad de Kaiserlautern, para el pronóstico del día de hoy tenemos probabilidad de lluvias y una baja visibilidad en autopistas, tome sus preocupaciones. En otras noticias, el supuesto divorcio del magnate Frederick Schnielsen entre Ángela...

Me desperté abruptamente, mientras escuchaba aquella noticia, dije mientras me levantaba de la cama en la cual reposaba, rauda y con ira tomaba aquella radio que emitía aquella noticia,-Hijo de perra!. mientras la arrojaba contra el suelo, haciéndola crujir destruyéndola , esa maldita radio se había callado, tras la acción me doy cuenta de algo particular, no estoy en mi casa, no es mi habitación, ni la radio que había roto era mía , el cuarto era de espacio mediano color amarillo pálido con acabados de madera , el piso de madera fino, una cama mediana con una cabecera de diseño sofisticado mesas de noche con sus respectivas lámparas de mesa las sabanas de algodón, una blanca y una amarilla, una gran ventana a mi izquierda con vista a un lago, estaba afuera de la ciudad, enfrente de la cama un armario con puerta corrediza con espejo, a mi izquierda un buro donde estaba aquella radio, miro más a fondo , una foto de una familia algo maltratada en un marco de metal, una mujer y una bebe de menos de 1 ano de edad a lado de la mujer hay un hombre alto de pelo rubio ojos verdes, una familia feliz, dejo el marco y por error este se cae, este hace un estrepitoso ruido el marco se abre, lo tomo y saco la foto la volteo y con bolígrafo negro decía, esto se acabó con cariño Kate.

-vaya familia feliz.

Meto de nuevo la foto y trato de que se vea lo más presentable posible, al devolverlo miro una nota y esta decía, >>hey, tú la que estás leyendo esto, hay comida en el comedor abriendo la puerta bajas las escaleras, a tu derecha junto al estudio, si necesitas ropa en el armario habrá algo. <<

Al leer la nota mire que solo estaba en paños menores, me ruborice de inmediato y busque ropa dentro de aquel armario, toda la ropa que estaba ahí me dio asco, lo único presentable que estaba ahí eran un pantalón azul cían pixeleado de aquellos que usan los militares y una camisa gris oscura, me lo pongo y por accidente encuentro unas botas casi de mi misma talla a lado de otras del doble de las que había encontrado, me coloco todo de manera que no me vea tan ridícula.

-solo se vive una vez...

dije tratando de alegrarme un poco, salgo de la habitación hacia aquel comedor, bajo a la planta baja, lo primero que veo es la sala de estar un televisor de pantalla plana muy viejo y la entrada a la casa a mi izquierda, me dirijo a la derecha tal como decía aquella nota, el comedor estaba cerca, mire una maya de esas que preservan el calor de la comida, la levanto y un Omelet ,junto con una jarra de jugo y café medio tibios junto con cubiertos y una taza para el café y un vaso para el jugo.

Un modesto desayuno, para este modesto comedor y para esta modesta morada, el comedor era espacioso estaba pegado junto a la cocina, patas de madera, vidrio templado gris obscuro suelo de imitación de mármol, una cocina impecable todo tipo de utensilios, un propio set de cocina digno de un cocinero refinado, después de admirar la cocina me dedico a desayunar calmadamente.

Al terminar este exquisito Omelet, el café un poco agrio y el jugo de naranja, me había quedado satisfecha. Me percato que había una nota debajo del plato, >>muy bien parece que lo que cocine fue apetecible, tus cosas están --en la bodega, está en la puerta negra al fondo de la cocina<<, me dirijo hacia aquel lugar, las cosas que había tirado Frederick estaban aquí, no faltaba ninguna.

Me llevo la mano a la boca, un poco apenada y con lágrimas en mis ojos, al fin lo había recordado, el por qué estaba en este lugar, aquel idiota del auto rojo estuvo cuidándome, yo que lo había tratado tan mal, debería agradecerle cuando regrese...

Angel ArtificialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora