capitulo 3

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yo me desespere, y entre la presión del doctor y el miedo que le pase algo malo a sara me tenia tan loco que me eche a llorar.

El hombre de dirigió a mi, me agarro del hombro y me dijo:

- Señor, va a estar muy bien la señorita Sara...no debe preocuparse. Por favor debe irse.

Yo le hice caso y cuando me llegue a mi casa me tire sobre la cama demasiado preocupado. Estaba muy tenso, hasta que se me vino a la cabeza la idea de ir de nuevo.

Así que puse en marcha mi voluntad. En seguida saqué un turno para ir, entonces me puse tan contento que fui corriendo  al sanatorio.

Una vez allí  vi a Sara, ella estaba con el medico intentando caminar, es allí cuando los ojo se me iluminaron de lágrimas, fui corriendo a abrazarla...o por lo menos eso quería.

Me dio vergüenza cosa que solo la salude con lágrimas en los ojos, y ella al verme  se le iluminan los ojos y se fue llevando poco a poco las dos manos a la cara.

-Eeestas aqui...?alargó con voz temblorosa...

-Si, si Sara estoy aquí contigo.

-Viniste...por.. ¿mi?

-Si linda, por ti.

Dije acariciándole el cabello y ella empezó a llorar de alegría, mientras reía levemente. Yo la seguí acariciando, a la vez que sollozaba levemente.

Le  hice  una seña a el doctor de que se bella y así lo hizo. La recosté en la cama y le empecé  a contar lo que había  pasado desde que ella estaba allí.

Ella me contó que su enfermedad no se trataba de fiebre amarilla, solo era  una de esas enfermedades  que aparecen de la nada, esas que no tienen nombre...

Así que fui al trabajo a informarle bien al jefe que era  lo que verídica mente   tenia Sara...

Cada Mundo Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora