Capítulo 2

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- Bueno, ¿ahora tenemos matemáticas? - interroga Beatriz.
- Supongo que sí. Me han dicho que nos van a poner un examen sorpresa ahora, así que Jorge nos puede chivar alguna pregunta. - comenta Sergio muy pícaro.
- Tampoco os creáis que soy el empollón de aquí. - responde un poco molesto el nombrado.
- ¡NOO, QUE VAA! - responden todos al unisón sarcasticamente.
El Club P se dirige al aula de matemáticas, y como había dicho Sergio, les pusieron un examen sorpresa. Claramente, no solo el club, sino toda la clase, le preguntaban las preguntas a Jorge. Por esa razón lo llaman el inteligente, porque es el más estudioso y el que saca mejores notas en todo el instituto. Nunca en su vida ha suspendido. Su nota más baja ha sido un 8,5. Le han dado un diploma por ser el estudiante con el mejor expediente del mundo. Es popular por eso, a parte de que también es muy guapo y las chias se vuelven locas por él.
Acabada la clase, pasaron a biología, de biología a lengua y de lengua al recreo.
Los chicos fueron a la cafetería a la misma mesa de siempre: la más grande y la que está en medio de toda la cafetería. Nadie se atreve a acercarse a esa mesa porque saben que es exclusiva para ellos.
- Echaba de menos esta mesa. - dice Abigail.
- Tú echas todo de menos, anda. - le riñe Eva.
- ¿Siempre me vas a estar buscando pegas a todo?
- Puede que sí, puede que no.
- Es que siempre es lo mismo Eva. De verdad, no te quiero ofender, pero es que hay veces que me he planteado dejar de ser tu amiga.
- No puedes dejar de ser mi amiga.
- ¿Por qué no?
- Porque, ¿quién te defenderá ante todo y todos?
- Nosotras. - responde Beatriz.
- ¿Y quién defiende a vosotras? ¿Eh? Vengan, díganme.
- Pues... Tú.
- Ah, pues ya está.
- No, no está. - se enfada Abigail. - Siempre estás buscándole pegas a todo y estoy harta de eso. Nunca...
- Bueno, ya está, dejen de pelear. No van a dejar de ser amigas por esa tontería. Además, es el primer día de curso, no vayamos a empezar con mal pie. - intenta tranquilizar Bruno. - Vamos a hacer una cosa: Eva, tienes que controlar eso de buscarle defectos a todo lo que hay a tu alrededor, y Abigail, si algún día Eva suelta algo que no te gusta, muérdete la lengua y déjala. Tú ya sabes que eso se le pasa rápido.
- Eehh... Hola, que estoy aquí.
- Ya, ya lo sé, por eso lo digo.
Terminan de comer, y como faltan 20 minutos para que se acabe el recreo, Bruno se dedica a ir a jugar con su equipo de fútbol.
- Hay veces que Bruno me saca de quicio. - dice Eva.
- Yo creo que le gustas un poco. - añade Sofía.
- Sofía tiene razón. Se le nota mucho. - dice Beatriz.
- Que va, yo no le gusto.
- A mí me da que sí, Eva.
- Abigail, eres tan... Bueno, mejor me callo.
- ¡Yo sé de uno que está coladito por Sofía! - exclama Abigail.
- ¿Quién?
- ¡Jorge! Está claro.
- ¿Yo? ¿A Jorge? No. Solo somos amigos, nada más.
- Pues me da que él quiere ser algo más que un amigo. De nosotros nadie te preguntó que con quién estuviste hablando sino él. Se preocupa demasiado por ti.
- Eso es porque somos muy amigos, pero nada más.
- Sí, sí, sí.
- ¡Qué sí!

Holaa!!🙋. Espero q les esté gustando la historia, aunq esté empezando y solo lleve 2 capítulos. Siento q este se a muy pequeño, pero es q no he podido. Intentaré q el próximo capítulo sea más largo.

Besooos!!💋💋

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