Arabell

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Era como el café,

dependiendo de con quien estaba

ella era fría o caliente,

sabía muy bien como debía ser,

desde aquel día se repetía lo mismo,

la misma frase cada mañana,

cada persona lo que se merece,

y así, día a día se acabo de convencer,

que ella no merecía otra cosa que no fuera morir,

dejar de existir.

dejar de existir

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"Ellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora