Enamorado De Un Vampiro

capítulo 1: Baile de máscaras.

Narrador:
En Transilvania donde las historias de vampiros contra lobos eran escuchadas por todo el lugar, los lugareños no temían, pues decían que todo era creado para causar miedo a los turistas y así marcharlos de su hogar.
Transilvania era muy conocido por crear fiestas extraordinarias, ellos le llamaban 'Baile'. Que justo en la noche de hoy celebrarán el nacimiento de un nuevo príncipe.
Narra Sasuke:
Un rayo de sol me había despertado, me puse de pié y me miré frente a mi espejo de cuerpo completo. Me gusta mucho mirar mi cuerpo, mi abdomen, mi piel blanca y el cabello negro que resaltaba junto a mis ojos. Bajé las escaleras y encontré una carta bajo mi puerta.
Estas invitado al baile de máscaras esta noche para celebrar el nacimiento de un nuevo Príncipe. Att: el Rey.
Doblé el papel y lo guardé en mi bolsillo, ahora tenía un asunto está noche, no me gusta mucho ir a este tipo de bailes pero el reino me lo pide.
Fui hacia mi armario y busqué uno de mis disfraces para ir, una capucha negra y un antifaz color morado con azul, este era perfecto; Botas con tacón y pantalón azul.
Me di una ducha para estar listo está noche.
Salí de mi cabaña para ir hacia la fiesta, mientras caminaba por el bosque me iba dando cuenta de que todos mis vecinos también irían al baile, con disfraces y máscaras con la edad que fuera y con quien fuera.
- Sasuke no creí verte por aquí.
Escuché la voz de Sakura tras mío, ella era una vecina a la cual su pasatiempo favorito era molestarme.
- Es una orden del Rey.
Seguí caminando entre los árboles tratando de perderme de su vista.
- Aunque te escondas te veré en el baile.
Sakura desapareció del lugar, era extraño pero no le di la mayor importancia.
Llegué al Castillo, y entregue la carta a un guardián.
- Bienvenido.
- Gracias.
Entré al lugar y vi lo típico de los bailes; Disfraces y accesorios llamativos en cualquier rincón, los trapecistas saltando de un lado a otro, hombres escupiendo fuego, mujeres semidesnudas bailando, mesas llenas de comida y música de ópera al fondo.
La única regla de este lugar era nunca quitar tu máscara o antifaz.
Me senté en una de esas mesas con comida, y miré a mi alrededor para darme cuenta de donde estaba realmente.
Siempre que venía a estos lugares, no me importaba nada alrededor. La música ópera era mi favorita de eso estaba seguro, pero de lo demás no.
En la pista de baile, estaban hombres con las chicas que acababan de conocer, me sentí extraño cuando noté la presencia de un chico, era muy atractivo aún con ese antifaz color rojo y negro. Su cabello negro se movía con cada vuelta que daba, y hasta podía jurar que olía muy delicioso.
Me puse de pié y fui hasta donde estaba ese chico. En los bailes, no había nada raro con que un hombre bailara con otro hombre o mujer con mujer, se supone que los bailes se crearon para ser tu mismo sin importar quien te juzgara, sin importar nada.
Al terminar la pista, el muchacho se separó de la chica y entonces nuestras miradas se cruzaron.
- ¿Puedo?.
Dije sin pensarlo, su mano se entrelazó con la mía y al inicio de la canción comenzamos a bailar.
Lo único que podía ver era su sonrisa y esos ojos oscuros, su cabello era negro como el mío, y más alto que yo; Algunos ocho centímetros más.
Sin decir alguna palabra, la canción terminó y seguimos con la otra.
- Sabes bailar muy bien.
Escuché su voz varonil muy cerca de mi oído, me estremeció, no sabía como explicarlo.
- Tu también.
Respondí con mi voz agitada de tanto bailar.
Después de una canción, me solté de sus hombros y me atreví a preguntar su nombre.
- ¿Cómo te llamas?
- Estas violando las reglas.
Vi su sonrisa y luego sentí de nuevo su mano tomar la mía, me llevó lejos del Castillo, no me di cuenta cuando lo hizo.
- Mi nombre es Sasuke.
Le dije tomándolo del brazo.
- Un gusto Sasuke.
Estrechó mi mano y me besó la mejilla.
- ¿Cuál es tu nombre?
Volví a preguntar, al cabo que ya no estábamos dentro del Castillo y a la mierda las reglas.
- Puedes llamarme Itachi.
Me sonrió y en cuestión de segundos se fue, desapareció.
Me quedé boquiabierta, adónde se habría ido en tan poco tiempo, volveré a verlo, eso quiero.