Poema 8

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La mirada de un hombre que hiere,

en un intento amargo de conversar,

mil palabras suelta,

mil sonidos sordos al hablar.

Destino desdichado el de aquel zagal,

que en dias pasados en la alameda paseaba,

con su fiel mascota, a la que tanto amaba,

mas, nunca jamás volverá a verla.

Final desgraciado, el de su alma amarga,

al no poder ya encontarla.

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