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No te deseare el mal. Al contrario. Lo agradezco. Te añadí a la lista de personas a las que no debo toparme nunca en mi vida. Me enseñaste, a que no debo recibir miserias. A no esperar por alguien todas las noches. A no llorar por alguien en las tardes de café. Y no quedarme dormida pensando en con quien estarás. Y sobre todo, no darle todo a quien no lo merece. No te deseo el mal, al final todos tienen derecho a ser felices, pero tú, a mi, me enseñaste más. Me enseñaste a no hacer todo esto, como lo hacia contigo.

200 Tazas de CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora