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—Deidara por ser el mejor miembro del cuerpo de explosivos te asignare una misión que solo tú puedes ejercer—dijo Ōnoki.

—¿Qué clase de misión?—pregunté desanimado.

—Los equipos usualmente son de a tres, pero esta vez haré una excepción—alce una ceja en señal de confusión—. He integrado a una Kunoichi con un gran potencial por los explosivos, por lo que he decidido que sea tu compañera y le enseñes todo lo que sabes, ya que es principiante en esto.

—Está bien, Hmp.

—Por favor pasa—ordenó.

Acto seguido entró a la oficina la chica de la cual hablaba el Tsuchikage. Vaya que hermosa es.

—Mi nombre es ______—me sonrió levemente al darse cuenta de que no dejaba de verla—. Un placer.

—Soy Deidara.

—Bueno espero que se lleven bien—suspiró Ōnoki—. Pueden retirarse.

Ambos salimos de la oficina. Yo tomé el lado izquierdo mientras ______ el lado derecho.

Antes de abandonar por completo el pasillo di una mirada fugaz a la chica y pude notar en su rostro una leve mirada de tristeza. ¿Por qué tiene esa mirada? Me pregunté a mi mismo, pero aquí sin hacer nada no encontraré la respuesta así que decidí seguirla.

Caminó y caminó hasta que finalmente llegamos a un bosque apartado de toda la aldea. ______ subió a lo alto de un árbol y se sentó en la rama a observar el atardecer. Por otro lado yo me escondí en unos arbustos para observarla sin que se diera cuenta, pero algo me llamó la atención. Estaba llorando. Sin más me acerqué.

—Oye—puse mi mano en su hombro, lo cual provocó que ella de inmediato volteara—. ¿Por qué lloras?

—Eso no importa, vete a casa antes de que se preocupen por ti.

—No me iré hasta que respondas mi pregunta, Hmp.

—Estoy sola Deidara, me siento sola—su voz sonaba quebrada—. No tengo a nadie, incluso mis padres me odian ya que siempre me han dicho que soy un error. Es por eso que me siento sola.

—Ya no lo estás, recuerda siempre que no estás sola porque ahora me tienes a mí, yo estoy contigo ahora.

—Gracias Deidara—me abrazó y volvió a llorar.

—No llores por favor—susurre en su oído mientras acariciaba su cabello.

—Es... está bien—dijo al mismo tiempo que secaba sus lágrimas.

—Vamos a casa ya está oscureciendo.

Ella asintió y ambos bajamos del árbol. Caminamos de regreso a la aldea en completo silencio hasta que decidí romperlo haciéndole una pregunta.

—Dime ¿Por qué te uniste al cuerpo de explosivos?

—Por mucho tiempo busqué una manera de desahogar mi dolor y lo que más me llamó la atención fueron las explosiones es por eso que me uní.

—Ya veo, Hmp.

—Bueno Deidara mi casa no queda muy lejos de aquí. Hasta mañana—se despidió.

—Hasta mañana ______.

( . . . )

—Que aburrida es esta misión—se quejo Kurotsuchi—. Solo es de rango D.

—¿De qué te quejas? Al menos es fácil—dijo Akatsuchi.

—Dejen de hablar y concéntrense en la misión, Hmp—dije.

—Oye Deidara—susurro Kurotsuchi mirando a _____—. ¿Quién es ella?

—Se llama ______ y es nueva en el equipo.

Los cuatro finalizamos por completar la misión y enviarle el reporte al Tsuchikage, después de eso todos tomamos caminos distintos.

—¡______!—corrí hacia ella—. Te invito a comer ¿Te parece?

—¿Estás seguro? No quiero ser una molestia.

—______ tú nunca serías una molestia.

—Está bien—sonrió.

—Deidara ¿Nos vamos ya?—dijo Kurotsuchi entrando en la conversación.

—¿De qué hablas Kurotsuchi?

—No me digas que lo olvidaste—frunció el ceño—. Hoy me enseñarías a mejorara mis esculturas de arcilla, ya que tu eres un experto en eso.

—Aaah si eso, bueno ¿Te parece otro día? Hoy estaré ocupado.

—Oh está bien, nos vemos mañana Onii-San. Adiós ______.

—Adiós Kurotsuchi—se despidió ______ moviendo su mano de izquierda a derecha—. ¿Trabajas con arcilla?

—Sí, es mi especialidad—sonreí orgulloso—. ¿Quiere ver mis esculturas?

—Claro que sí—sonrió.

—Vamos—mi estómago rugió—. Pero primero vamos a comer.

Ambos fuimos un restaurante y cada uno pidió su plato. Yo pedí Bakudan, mi favorito y ______ Ramen. A los cinco minutos después llegaron los platos.

—¿Te gusta el Bakudan?—pregunte probando un bocado de mi platillo.

—No lo sé, nunca lo he probado.

—Ten, abre la boca—tome en los palillos un poco de mi comida—. Ahora lo probarás.

______ avergonzada y sonrojada abrió su boca y deposite la comida en ella. Saboreo la comida con determinación mientras yo la veía esperando una respuesta.

—Delicioso—comentó, así dibujando una sonrisa en mis labios.

—Me alegra que te guste es un platillo realmente delicioso.

Terminamos de comer y nos dirigimos al mismo bosque de la otra vez para realizar mis esculturas de arcilla.

Una vez terminada la escultura le mostré mi magnífico arte a ______, quien no dejaba de ver aquella hermosa creación que había hecho.

—Es hermosa Deidara eres todo un artista.

—Qué bueno que te guste, este es mi arte perfecto, aunque quisiera que cumpliese con mis expectativas.

—¿A qué te refieres?

—Para mí el arte es efímero, en otras palabras una explosión, pero no es más que una escultura de arcilla.

—Ya encontrarás la manera Deidara, estoy segura—sonrió.

Sin duda sentí satisfacción al escuchar esas palabras, ya que nadie antes había prestado atención a mi arte como se debe, la única que lo había hecho hasta ahora era ella, ______. Ese día comenzó una gran amistad entre ella y yo.

Mi amor efímero [Short-Fic] Deidara y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora