La casa de Margarita, a diferencia de la de Ángel, no fue difícil de localizar. Para esta última, tuvo que investigar algún tiempo, ya que luego del trágico incidente que dio por terminada su relación de dos años, cortó todo contacto con ella, acobardado.
Pero finalmente la encontró. Al parecer, el pobre diablo de Ángel era un sujeto muy odiado y un cerrajero que tenía asuntos pendientes con él accedió a darle una copia de su llave a Ágatha luego de que esta lo persuadiera con insinuaciones y coqueteos.
Cuando se hubo asegurado de que nadie había en la casa, utilizó la llave y entró. Tomó una copa de la alacena y la llenó de vino tinto al cual le agregó otro líquido que imperceptible resultaría. La dejó sobre la mesa, junto a la carta y salió.
Margarita, en cambio y para suerte de Agatha, vivía en un barrio tranquilo y por las tardes dejaba abiertas las ventanas y sin persianas para que entrara luz solar. Agatha no tuvo más que hacer que correr la ventana y entrar por ella al estar segura de que Margarita no estaría allí.
Repitió el proceso de la copa al lado de la carta y salió por donde entró. Al llegar a su casa temblaba, tenía tanto miedo a lo que se aproximaba, pero era algo que debía hacerse. Tomó un sorbo de la copa de vino que estaba sobre su escritorio y se dispuso a releer la carta que esa mañana había escrito.
Querida Agatha:
Fuíste la persona con la que más San Valentines pasé. Sola, siempre sola, o más bien en compañía de ti misma únicamente.
¿Por qué no eres merecedora de amor? ¿Por qué nadie es merecedor del tuyo? Amas a tu hermana, amas a tus padres, amas a tus amigos y siempre seguirás amando a tu niño no nato, pero eso no es lo que buscas. Romance, esa es la palabra. Jamás lo sentiste ¿Por qué si es el sentimiento que ha movido a la humanidad por los últimos dos siglos? No comprendes, y te da rabia no hacerlo, la respuesta a estas preguntas ¿Acaso no eres humana?
Cada persona que conoces sabe lo que es morir de amor, darlo todo sin esperar que se pierda, todos conocen la sensación de tener mariposas en el estómago, excepto tú ¿Qué hay de malo contigo? Tú te lo has jugado todo, más no por amor, si no por comodidad, por sentirte normal o más bien por sentirte alguien, pero eso tampoco es lo que buscas.
Y aquellos experimentos, jamás creíste que te harían tanto daño ni que tú se lo harías. Uno fue inercia, el otro obsesión por un lado y aburrimiento por otro. Ninguno fue un cuento de hadas, ninguno tuvo un final feliz.
Esas dos personas son monstruos al igual que tú. Uno es una cruel aberración a la humanidad, la otra es un caso perdido y tú un robot que vino fallado.
En esta inútil búsqueda has perdido todo tu rumbo cuando estabas bien encaminada ¿Por qué dejaste tus estudios? ¿Por qué dejaste de ser una persona individual? ¿Por qué dejaste de existir? Él te hizo perderte a ti misma, ella, darte cuenta de eso. Y no sabes cuál de las dos cosas ha sido peor.
Hoy estás aquí, buscando venganza, de él, de ella, y sobre todo de ti misma.
Brindo por ti y se que brindas por mí. Eres el reflejo de mis actos, o mas bien, mis actos en sí. Al fin y al cabo, somos lo mismo: ambas somos nada.
Agatha
Se puso a pensar cuanto tiempo le quedaría ya, el veneno no tardaría en hacer efecto. Se preguntó si ellos habían bebido de la copa de vino, si habían brindado por ella, al igual que ella lo había hecho. Si habían hecho caso a su petición, como en su imaginación lo hicieron, se irían los tres juntos, las tres personas que más daño le habían hecho: Ángel, Margarita y ella misma, Agatha.
Todo eso pensaba la mujer de rojo, cuando se desplomó sobre el papel de la carta que a sí misma escribió, por haber bebido la roja sustancia.
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Queridos Valentines #CSV_unfalsoromance
Short StoryAgatha Burrows, a sus veinticinco años, tiene fama de tener la peor suerte del mundo en las relaciones amorosas. Sólo pasó San Valentín con tres personas a lo largo de su vida, y casualmente, esas tres relaciones son las que peor terminaron. ¿Que p...