ESCUCHEN MULTIMEDIA.
Llegaste como habías prometido, me citaste en una cafetería lejana, como de costumbre.
Tomaste asiento y me miraste dulcemente.
— Ella esta embarazada de otro —dijiste sin más, esperando que te creyera.
— No soy tan estúpida, Adrián —te mire mal, como nunca antes había hecho.
— ¿Ahora nos llamamos por nuestro nombre, Lena? —reíste y torciste tu boca en un patético intento de sonrisa.
— Lo mejor es que nos separemos —dije tomando mis cosas y parándome del asiento.
— Quédate otro poco y escúchame primero —pediste tomando mi mano. Eso siempre me calmaba, entonces me senté—. Le prometí a tu madre que siempre cuidaría de ti...
— No me vengas con esa estupidez nunca más, ya no utilices a mi mamá —te interrumpí molesta.
— Como te decía... Lo prometí y lo haré —seguiste hablando como si yo no te hubiera interrumpido—. Pero, no necesariamente tengo que estar físicamente contigo —te miré sin entender—. Ya sé que piensas que soy un engreído, estúpido y mal nacido —y tenías razón—, pero este hombre te ama.
— ¿Qué me quieres decir? —te cuestioné sin entender nada—. Al punto por favor.
— Pediré mi trasferencia y ya le pedí el divorcio a Rocío...
— ¿La dejarás? —pregunte con asombro y un poco de miedo.
— Así es —respondiste con calma—, ya contrate un abogado y él se encargará de todo.
— ¿Y qué pasará entonces? —aunque lo negara me refería a nosotros.
— Me iré —miraste directamente a mis ojos—, sin ti.
Los ojos me empezaron a picar, pero ya no me permitiría llorar una vez más... Ya no más.
— Espero que te vaya bien —te desee con toda sinceridad.
— Yo igual deseo lo mismo para ti —tomaste mi mano, un simple acto que me daba tanto—. Es por nuestro bien... —derramaste una lágrima—. Te mandare dinero en esta cuenta —me ofreciste un papel el cual rápidamente negué, yo no te amaba por interés.
— No —te detuve—. Yo estaré bien.
— Sólo dejame cuidarte —suplicaste apretando fuertemente mi mano—. Por favor...
— Adrián, no... Yo puedo hacerlo sola, conseguiré trabajo, estaré bien —inquirí tratando de calmarte.
— Eres tan terca...
— Y siempre lo seré —te sonreí.
— Quiero pedirte perdón Lena, jamás quise causarte algún daño o hacerte llorar, tampoco quise estar casado, pero entiende que no te conocí antes y también por no cumplir tu sueño de hacerte mi esposa y un hijo, pero aún eres joven y quizá fuimos dos corazones complementarios en un momento incorrecto, quizá no era nuestro tiempo —miré nuestras manos unidas y temí que me soltaras—. Pero te amo y siempre lo haré.
Nos pusimos de pie y sin más que decir nos besamos dulcemente, no importando las miradas de desagrado o dulzura que nos daban las personas, no importando el tiempo que aún nos quedaba.
Subimos a tu coche y llegamos a la casa que compraste para los dos y te guíe a nuestra habitación, porque eso sería... Nuestra habitación.
Poco a poco desaparecimos la ropa, tu mirándome con dulzura y deseo, y yo deseando que este momento fuera eterno.
Tus manos en mi cuerpo parecían como dos piezas que se complementaban, al igual que nuestros labios y corazones.
Empecé a llorar y tú igual, llorábamos porque sabíamos que era nuestro final, porque sabíamos que ya nuestro amor no daba para más... Y lo hicimos, nosotros hicimos al amor y no el amor a nosotros.
Y yo siempre te recordaré como lo que fuimos, dos piezas complementarias en momentos menos precisos...
Y sólo por eso te amaría más que a cualquier otro hombre; porque fuiste el primero en construirme y salvarme tiernamente, porque fuiste mi primer gran reto y error religioso, porque fuiste amor y dolor al mismo tiempo... Porque siempre te recordaré; y espero que tú a mí también.
Fin.
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La Otra™|✔ #1NAA
Teen FictionEstado: TERMINADO.✔ HISTORIA DESTACADA DEL MES DE FEBRERO 2019 POR: @FiccionGeneral_ES ¡GRACIAS POR EL APOYO!✨ «Es que ella vino a robar lo que es mío». [Primer libro de la saga: "No, Al Amor"] Portada por: @ReniCastillo ♥