La alarma despertó a Kira de su sueño, si había algo que odiaba, era que la despertaran cuando soñaba. Arrojó la alarma al piso con la suficiente furia como para que se hiciera pedazos, negó molesta y se levantó de un salto de la cama.
Un día más, un día más.
Se repetía constantemente, tenía diecisiete años y los sentía como si fueran treinta y ocho. Y todo por la puta escolaridad que sus padres le habían pagado. Claramente, antes de morir.
Su estómago rugió, lo miró y rodó los ojos.
-Te di cervezas, patatas fritas y muchas cosas más. –reflexionó sobre lo que acababa de decir y se dio cuenta que se alimentaba horriblemente, pero como le interesaba tanto como que marca de ropa usaba Obama, se encogió de hombros y caminó hasta la cocina.
La casa estaba silenciosa, lo que le decía que su ebrio tío no se encontraba en casa. La paz le recorrió, su tío se había hecho cargo de ella cuando sus padres murieron, o sea, hace un año ella tenía que soportar los golpes, las malas caras, los comentarios fuera de lugar del idiota que ella tenía que llamar tío. Lavó los trastes de la noche pasada asegurándose de que cuando su tío volviera tendría todo precisamente brillante.
Toda esa mierda habían forjado su personalidad, sin embrago, Kira no había cambiado por culpa de su tío, simplemente siempre fue así. Siempre odió a todo lo que se moviera.
Arreglando la camiseta de Nirvana que tenía puesta tomó su manojo de llaves y salió de la casa. Peinó sus cortos cabellos con sus dedos y se dio cuenta que el tinte celeste que este tenía se estaba destiñendo. Por lo que con un bufido y siguió caminando hasta el garaje. Quitó la alarma de su moto y la sacó de su lugar.
-Sé que extrañaste a mamá. –le habló al vehículo y luego se montó, se colocó el casco y bufó cuando sintió que prácticamente estaba hirviendo causa del calor que hacía. –Putas leyes de tránsito. –lo abrochó debajo de su mentón y arrancó. Una risa salió de sus labios al escuchar al motor rugir. Uno de los pocos placeres de su vida era escuchar un buen motor sonar.
Condujo bastantes cuadras antes de llegar al infierno que los adultos o influyentes de la maldita sociedad hacían llamar "centro educativo" cuando en realidad era una pérdida de dinero ya qué (debido a su larga experiencia con hombres) todos acababan suicidándose por un matrimonio asqueroso, una vida de mierda detrás del hermoso escritorio de caoba o algo parecido. ¿De qué te sirve tanta educación cuando a fin de cuentas, no te hará feliz? Ejemplo: Los abogados de sus padres. O los cuerpos podridos de ellos.
Estacionó su moto y ató el casco con una cadena al manubrio de esta. Se bajó haciendo escuchar el cuero de sus botas estirarse. Sonrió y caminó hasta la puerta de entrada. Miró la nota que había en la puerta: "Feliz año, estudiantes."
Que intento más patético de animarnos.
Pensó mientras lo hacía un bollito y lo arrojaba lejos. Abrió las puertas de par en par y comenzó a caminar, todas las miradas sobre ella. ¿Qué más podía pedir? Tenía popularidad, y no por ser una plástica. Tenía popularidad por ser ella. Kira Anderson, la problemática chica, la leyenda que quedaría entre los muros de High Otates School.
Sus amigas despegaron la espalda de los casilleros y se acercaron a ella, sonrieron mientras chocaban puños. Todo el pasillo las miraban, muchas con envidia, otros con una sonrisa. Otras con admiración, y así continuaba la larga lista.
-¿Qué hicieron en el verano? –preguntó Kira, mirando al frente.
-Me enrollé con mi psicoanalista para que le dijera a mi madre que no me metía drogas duras. –Kira y Lucy rieron a su lado. -¿Ustedes? –
-Morí de calor y resucité cuando me hablaron de fiestas en California. –dijo Lucy. -¿Qué tal tú, Kira? –
-La misma mierda de siempre, con distinto olor. –Lucy y Aiden rieron, Kira rodó los ojos, pues hablaba en serio. Pero Lucy y Aiden eran lo suficientemente tontas como para no comprenderlo.
Siguieron caminando, Lucy y Aiden hablaban entre ellas mientras Kira iba mirando que las estúpidas que consideraba amigas no se caigan. ¿Creen que no sucedió? Pues sí.
Seis ojos se centraron en una chica de cabello castaño ondulado y largo, iba vestida con un vestido crema y tacones rosa pastel, la gomita elástica que sostenía su cabello era de color blanca y un collar con un ángel adornaba su cuello. Kira sonrió cual vampiresa.
-¿Quién es? –
-¿La mojigata? Es Ariana Grande. –dijo Lucy acomodando su beanie. –El año pasado era pelirroja. –
-Pero lo fresa no se le quita ni con jabón. –terminó Aiden.
Kira dejó de escuchar los comentarios sobre la castaña y la vio cruzar a su lado, por ambas corrió una corriente eléctrica, nuevamente, la física quería a ambos polos opuestos juntos. Pero Ariana giró la vista antes que Kira pudiera dar un comentario morboso de esos que tenía en su diccionario. Indignada por tal "rechazo" alzo una ceja.
-¿De dónde ha salido esta carajita? –preguntó juntando las cejas.
-No des importancia, es una santa, tan virginal que el aceite de oliva extra virgen tiene más vida sexual que ella. –Kira carcajeó y chocó puños con Lucy. Aiden se mantenía al marguen mientras seguían caminando.
Kira miró a Ariana sobre su hombro y sonrió.
No te escaparás de mis garras, Grande.
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Rebel [A.G]
FanfictionRebelde. Chica de Nirvana, chica de cabello corto, chica de botas militares, chica de ropa negra, chica de shorts rotos, chica delineador, chica de tatuajes, chica rebelde como pocas. Chica como Kira. Perfecta. Chica de música clásica, chica de cabe...