Parte XXII

839 53 9
                                    

Rigby sonrió por un segundo antes de que su rostro se ensombreciera. Puso las manos firmes en el pecho de Mordecai para apartarlo. Él no se opuso, pero no entendía porqué Rigby lo alejó.



-- Voy a bañarme... Primero -- el castaño dio media vuelta, despacio, y susurró la última palabra más por compromiso que por quererlo realmente



Mordecai bajó la vista e intentó irse, interrumpido por Rigby



-- No te vayas



Mordecai se giró y levantó los brazos, mostrándose enfadado, la falsa identidad de lo que en realidad sentía: desilusión



-- ¡¿Qué?! ¡Acabas de decir que no quieres estar conmigo!



-- Que no quiera tener sexo no significa que no quiera estar contigo -- enfatizó tanto la última palabra que pareció que su eco rebotó en toda la casa.



El peli azul soltó una bocanada de aire y se cubrió la cara con la mano izquierda. Rigby giró la cabeza y al ver a Mordecai así, volvió el resto del cuerpo también, pero no era su problema buscar que decir, eso debía hacerlo Mordecai. Él bajó la mano.



-- ¿Esperas que me disculpe? -- al decirlo miró fijamente a Rigby.



Ambos guardaron silencio, el único ruido lo hacia el agua de la regadera. Fastidiado por esto, Mordecai la cerró y habló sin procesar sus palabras



-- ¡Bien! Lamento hacerte perder el tiempo conmigo cuando podrías estar con alguien que te merece. Me disculpo por interponerme entre tu y Eileen y no dejarlos ser felices...



-- Mordecai, eso no fue lo que...



-- ¡Y quiero que me perdones por verte sólo como lo que Margarita y CJ no pudieron ser...!



Mordecai abrió su sudadera, que por el peso del agua cayó de golpe. Y salió, sin ser interrumpido esta vez.



Fue a su habitación y luego de quitarse la ropa para ponerse una seca se fue a dormir sin ni siquiera levantar la ropa mojada del suelo.



Rigby dejó de preocuparse por la ducha, además el tiempo que estuvo bajo el agua le limpió, al menos, la cara.


Se encontraba en el suelo con la sudadera de Mordecai, la que él le regalo, en las manos. Creía que era su favorita, y lo que hizo fue cruel, pero no iba a doblegarse.



Con la sudadera en la mano salió del cuarto de baño. Al entrar en la habitación encontró la ropa mojada de Mordecai dispersa por el piso, si no las lleva comenzarán a... ¡Aargh! ¿A él que le importa? Que se queden ahi, son problema de Mordecai.



Arrojó la sudadera y ésta golpeó el buró de Mordecai. Encogiéndose de hombros, Rigby se acercó, por el golpe la lámpara se volcó...



Un zumbido llegó a los oídos de Rigby. Él sacó del bolsillo de su pantalón un dispositivo redondo, muy delgado, y ahora algo mojado. Movió algunas cosas en la pantalla para responder la llamada



-- ¿Diga?



π



El zumbido se volvió insistente, no serviría de nada ignorarlo. Eileen lo buscaba aún entre sueños y sin abrir los ojos. Finalmente lo encontró y respondió



-- ¿Hola?



-- Eileen, la misión tuvo éxito -- al escuchar la voz del agente de Sigilo, ella despertó por completo.



π



-- Pero sólo han pasado unos días -- recordó Rigby



-- Sabemos que la prueba abarcó poco tiempo, pero ya tenemos una nueva misión para ti

Nada De Nada (Morby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora