Las vacaciones de invierno habían terminado, la mayoría de los árboles se encontraban cubiertos de nieve, aunque sólo eran sus ramas; a finales de otoño e inicios de invierno, las hojas rojo-amarillentas de los árboles, habían partido junto con el viento, dejando completamente desnudas a las ramas. La blanca y fría nieve, era lo único que loas cubría.
Por otra parte, algunos estudiantes volvían de su larga invernación, a su misma rutina pesada de levantarse temprano e ir al colegio. Muchos, felices de reencontrarse después de navidad y año nuevo; contándose todo lo que hicieron, a donde fueron y, para muy pocos, cuanto comieron, para poder empezar su nuevo propósito de año nuevo, "bajar de peso". Claro que en cualquier escuela, existen los marginados, aquellas personas consideradas un cero a la izquierda; y también, olvidadas de la sociedad, lentamente...
Faltaban 20 minutos para que dieran las 7 am, afortunadamente, al castaño le había llegado uno de esos sueños en los que sientes que caes, y despiertas de un brinco; aunque en un movimiento torpe, Haddock terminó en el suelo.
—Joder— exclamó para sí mismo, tocándose la cabeza—¿qué hora es?—después de coger el móvil y revisar la hora, no le quedaba ni tiempo para cinco minutos más.
¿Cómo es que no había puesto la alarma? Se preguntaba para sí mismo, mientras fugazmente, intentaba encontrar su otro zapato, por lo menos el de su pie derecho. Tras un accidente, le habían puesto una prótesis en la pierna izquierda. Exactamente hace un año.
Después de encontrar su zapato mordisqueado de la parte de enfrente, junto a su labrador negro, Chimuelo, se decidió por su converse negro de bota.
—¡Abadejo, ya despiértate, se te hará tarde!
Joder, nada más molesto para él, que le llamaran por uno de sus apellidos; pero era su madre, y era imposible tratarla de mal modo.
—¡Sí, ya estoy despierto, en un momento bajo!
La cocina desprendía un aroma tan bueno, que el castaño no tardó en bajar. Era chocolate caliente y unas rebanadas de pan, cubiertas generosamente de Nutella.
—Lo siento, se me olvido por completo poner la alarma.
Su madre volteó para verlo, mientras bebía de su chocolate, ya un poco menos caliente; aunque intentara parecer de lo más feliz, las ojeras lo delataban, la noche anterior de seguro, se había puesto a beber.
—Amor—joder, no quería arruinarle el primer día de clases—, sé que la querías, y que, bueno, ya ha pasado un año, pero, no por siempre tendrás que vivir en el pasado, ya sabes lo que digo "enfócate en el pasado...
—"Y te perderás el futuro" ya lo sé, es sólo que, no creo que la pueda olvidar tan fácilmente.
—...Bueno—reaccionó a la hora—ya te tienes que ir, o se te hará tarde.
—Sí—terminó su chocolate y agarró su rebanada de pan con nutella.
Tomó su mochila, junto con su móvil y un gorrito, y se dirigió hacia la puerta.
—Hiccup—le habló su madre, antes de que el castaño saliera—sólo tú puedes hacer que éste año, sea diferente.
Sólo asintió, para después cerrar la puerta.
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¤°¤ Cuando El Invierno Llega ¤°¤
Fantasy-¿Te has enamorado?- preguntó él. - No, de hecho, el tener algún tipo de sentimiemto te hace ver como presa fácil, tanto para ti mismo, como para los demás- contesta ella, sin voltear a verlo. *** - ¿Qué haces aquí?- pregunta...