Mi Sexy Acosador

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Abrió los ojos despacio tratando de acostumbrarlos a la fría obscuridad, ¿Dónde estaba? Tanteo el piso y lo que había dejado de él era un mullido colchón, se trató de levantar pero le dolía horrible la cabeza, sus ojos aún no se acostumbraban por completo a la obscuridad, el cuarto olía a podredumbre, oyó ruidos afuera y se pegó a la pared abrazándose las piernas contra su pecho.

¿Dónde estaba por dios? Debió hacerle caso a su madre cuando le dijo que no saliera, que mejor llamara a sus amigos y los invitara a la casa pero como todo chico de 17 años se burló de su madre diciéndole que no le pasaría nada, que él podría cuidarse solo, juraba que si lograba salir de donde estuviera le pediría perdón de rodillas a su madre.

Recordaba haber llegado al antro, solo, porque sus amigos se fueron con sus chicas a ver una famosa película que estaba en cartelera, y él al ser el único soltero y gay, claro nadie sabía eso último, se fue solo al antro, llevaba media hora en el local cuando un chico alto, delgado, bien parecido se acercó a él, le ofreció bailar y acepto, no se veía que fuera mala gente.

Después de unas canciones pegajosas los dos se fueron a la barra y el chico con cabello azulado le pago una bebida, después de eso todo era muy confuso, no recordaba haber bebido más que esa copa pero se sentía muy mareado, el chico con el que estaba lo saco del local y llego un taxi que él no había llamado, sintió su cuerpo pegarse al de él y los labios del otro en su cuello mientras le apretaba el trasero.

-Hey sabes que no debes tocar la mercancía. -hablo otro hombre y lo metieron al carro.

Después de eso nada más, hasta ahora, lloro ahogándose con los hipidos, no creía que a él le fuera a pasar algo así, oyó pasos y más voces afuera, se pegó queriendo fundirse con la pared, la puerta se abrió y dio paso a dos enormes hombres que parecían armarios los dos eran morenos y calvos, brazos fuertes, espalda ancha, muslos grandes, seguro que esos tipos se la pasaban todo el día en el gimnasio, se acercaron a él y lo levantaron sin ningún esfuerzo.

Lo sacaron de ese obscuro cuarto a un largo pasillo blanco, en las paredes habían cuadros de buen gusto, habían mesas de madera y encima tenían jarrones con bellas flores, en ese lugar había mucho estilo menos en el cuarto donde había estado él. Le metieron en otra habitación, la luz tan blanca le cegó de momento, cuando sus ojos se acostumbraron de nuevo, observo que era una habitación como de hospital, olía a limpio, en medio estaba una cama, al lado una charola con materiales de cirugía. Del lado derecho un armario con medicina, por la ventana vio luz de día, debían de ser las 10 de mañana o un poco menos.

-Caballeros, pueden esperar afuera - un hombre con bata de doctor entro y los dos armarios, salieron cerrando la puerta.

El doctor se acercó a él, estaba temblando de pies a cabeza ¿Qué iban hacerle? El hombre le tomo del brazo y lo llevo hasta la camilla hizo que se sentara y empezó a examinarlo, primero le apunto a los ojos con esa pequeña lamparita, después le hizo abrir la boca y le checo la perfecta dentadura, le volteo sin ningún esfuerzo. El pequeño comenzó a sollozar de nuevo.

-Por favor.... Por favor no me haga nada -las gruesas lagrimas caían sobre su perfecto rostro, era un chico demasiado guapo.

-Yo no te hare daño -Dijo el doctor y se puso un guante blanco, metió la mano dentro de sus pantalones y tanteo su entrada. Sungjong apretó las sabanas en los puños, el doctor trato de meter un dedo pero el pequeño estaba tan tenso que no fue capaz.

>>-Me atrevo a decir que eres virgen -le levanto y lo sentó de nuevo en la camilla, se quitó el guante y lo tiro en el cesto de basura que estaba al lado.

-¡Claro que soy virgen! -grito humillado.

El doctor se acercó a la puerta sonriéndole, dio unos pequeños golpecitos y los tipos grandes entraron, de nuevo lo sacaron como si de una pluma se tratara, caminaron por el mismo pasillo hasta doblar en la esquina bajaron por unas largas escaleras, giraron a la izquierda donde abrieron una enorme puerta café.

Mi Dueño 『 M Y UN G J O N G 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora