-Si?- Era él.
No me lo podía creer, iba a conocer a alguien a quien realmente admiraba, estaba muy nervioso, como se lo iba a explicar? Y si me tomaba por un ladrón? Las palabras no me salían...
-Hola?- volvió a preguntar, como si se estuviese cansando de esperar.
-Ho... Hola- respondí- Es esta la casa de Alex Puértolas? Es que tengo algo suyo.
-Si, espera, que te abro- cuando terminó de hablar desbloqueó la puerta.
Alex vivía en un segundo piso y mientras subía por las escaleras, notaba cómo mis piernas temblaban... Era todo un sueño...
Llegué al segundo piso y llamé al timbre, la puerta no tardó en abrirse, y tras ella, me encontré con un rostro conocido... Era él.
-Hola... Alex... Veras- Notaba la boca seca.
-Dime- me dijo sonriendo.
-El... El otro día me choqué contigo y bueno... Se te cayeron los papeles y cuando terminamos de recogerlos, se te cayó la cartera- Dije mientras le mostraba la cartera. A él se le dibujó una sonrisa en la cara.
-Muchísimas gracias!! Ya pensaba que me la habrían robado. Pasa, pasa, quieres tomar algo?
-Bueno, si no te importa... Me encantaría.
Estuvimos tomando algo de beber y estuvimos charlando un rato, era maravilloso, me sentía tremendamente feliz. Pero llegó la hora de marcharme a mi casa, mis padres me esperaban para cenar, había sido una tarde inolvidable pero se había acabado, ahora vuelta a la rutina, a la soledad... Me sentía tonto, porque por un momento, mientras hablaba con Alex y reíamos juntos pensé que podríamos llegar a ser amigos... Menuda tontería, yo nunca tendría un amigo, y mucho menos como Alex... Y además me sacaba 10 años... A él nuna le interesaría quedar con alguien de mi edad...
Me encaminaba a la salida de su edificio cuando una mano me paró, era Alex... Que querría?
-Espera Juan!- dijo sofocado por el sprint-. Casi se me olvida, me quieres dar tu número y así hablamos?