Memorias de un Bartender.

El caido.

Paso el día de una forma bastante tranquila, el informe fue un éxito y a pesar que no hice más que dar un breve repaso de camino al salón, la confrontación del trabajo salió bien, dándome los pocos puntos que faltaban para terminar con la materia. Sarah por su lado tuvo nota perfecta, es curioso, siempre ha tenido un aire de nerd, aunque su forma de ser y vestir no dejaba pista de su amor por los estudios, supongo que esta llena de sorpresas...

(...)

Esa noche abrimos el bar un poco más temprano de lo normal. Fue una noche tranquila, cócteles, tragos y toda clase de personajes y de historias sorprendentes con una mezcla entre tristeza y alegría que sólo te deja pensando en lo compleja que puede ser la vida de una simple persona en la ciudad de la locura.

Más tarde esa noche, un hombre un poco mayor se sentó en la barra, pidió algunos whiskys y empezó a contar su historia. Se trataba de uno de los socios de una importante empresa de medios audiovisuales del país, nos contó sobre como de joven le gustaba el reportaje y la información y como su viaje a la capital fue desastroso a tal punto durmió en la calle u hoteles de mala muerte los primeros días... Cayo en depresión y en el alcohol, su vida no tenía sentido y estaba vacía.- el hombre hizo una pausa y su mirada quedo perdida en las gotas de de condensación de su trago, sonrió y continuo- Entonces paso lo imposible, la conocí, en esa época las cosas eran muy diferentes, las costumbres eran diferentes en todo sentido. La gente no veía con buenos ojos a los extranjeros. Termine trabajando en un canal de televisión , cargando cajas y limpiando. Por lo géneral trabajaba todo el día y aveces ni comía. Sólo trabajaba y lo gastaba todo en la renta de mi pequeño cuarto y lo demás en alcohol. Un día en pleno trabajo me desmaye y termine en un centro hospitalario, el alcohol y la mala alimentación me habían dejado muy mal, en peligro de muerte. Y ahí estaba yo, en una camilla en una habitación algo sucia de hospital, mirando la noche, sin ganas de vivir, a punto de lanzarme al vacío y descubrir el infierno finalmente, y de repente ella entro, una suave mano tiró de mi hacia la habitación, hacia la vida. Una preciosa joven de pelo castaño y ojos negros penetrantes que me miraban con ternura. Ese día ella me salvo de mi mismo, se volvió mi enfermera el tiempo que me curaba, tanto física, como espiritualmente. Me enseño muchas cosas, su inocencia me hizo feliz y me dio ganas de luchar, de seguir adelante. Salí del hospital, pero mi amistad con ella no término, con el corazón renovado empece a trabajar y luchar, estudie y poco a poco mi vida fue mejorando. Ella siguió en el hospital, incluso cuando yo podía hacerme cargo de todo, su amor por los demás y esa chispa de bondad que daba esperanza a los que la conocían fue admirable. Ya habían pasado 7 años cuando por fin me decidí a hacerle la gran pregunta.-Se aclara la garganta y en sus ojos se veían vidriosos- lo recuerdo como sí hubiera sido ayer, yo, un adulto nervioso y muy ansioso, ella, una mujer hermosa y muy segura de sí misma, juntos por revés del destino... El sonido de la música del va y ven de las olas, la noche con pocas nubes y la cena que había preparado. Cenamos y luego de hablar mucho rato, reuní el valor y me puse de rodillas y pedí su mano. Ella entré llanto de alegría acepto. Nos casamos en la playa como ella siempre había querido y fuimos muy felices.

La palabra <fuimos> hizo eco en mi
mente.

Nuestro matrimonio fue ejemplar, yo trabajaba todo el día y esperaba ansioso salir de la empresa e ir casa. Sin importar lo cansado que estuviese, su sonrisa al verme llegar me llenaba de felicidad y olvidaba el resto del mundo. Más adelante nos decidimos por tener un hijo. Hay empezó todo se fue al carajo. Los estudios demostraron que era estéril, y peor que eso, el cáncer de útero estaba avanzado... Ella quedo destruida tras la noticia, entro en depresión... Su cáncer empeoro poco a poco, y aunque no dudé en llevarla a los mejores especialistas del país, incluso fuera de el... Un día estaba en trabajo y recibí una llamada, era la enfermera que la cuidaba en casa. Se había desvanecido y se la habían llevado de emergencia al hospital. Al llegar corriendo, la vi, una imagen que cambio mi vida, algo dentro de mi se rompió ese día, supongo que el amor nos une de una forma muy especial. Su cuerpo estaba. Muy deteriorado... Pero aún mas importante, la chispa de esperanza se había desvanecido, ni siquiera me hablaba, sólo quería estar sóla-las lágrimas ya se asomaban por sus ojos, este hombre realmente había caído de lo más bajo- yo la acompañaba, trataba de estar a su lado, deje a mi socio a cargo y me dedique a ella al 100%, un día me pidió que fuéramos a la playa, aquella donde nos habíamos casado tanto tiempo atrás y yo que sólo quería hacerla feliz, la complací y allá fuimos, ella con un claro vestido blanco caminando descalsa por la orilla del mar... Aquella imagen nunca la olvidare. Su alma estaba libre y en paz, por primera vez desde hace mucho tiempo. Fue el día más feliz que tuve en años, pero no estoy seguro si fue su despedida, por que solo dos meses después yacía nuevamente en la cama del hospital, con la peor recaída que había tenido. Yo todas las noches las pasaba con ella, sostenía su mano tan suave y frágil entre las mías para protegerla, que era mi sueño desde que ella me salvo. Un día me dijo que me amaba y que me agradecía todo lo que había hecho por ella, toco mi rostro con sus delicadas manos dejando claro que era un esfuerzo titánico para ella, pero aún así lo hizo, me beso y se quedo mirándome hasta que la luz abandono sus ojos y ahí delante de mi, ella partió....- una amarga lágrima cayo por su mejilla- desde ese día ha pasado casi tres años. Hoy sería su cumpleaños número 60, le lleve flores a su tumba está tarde, lilas, eran sus favoritas. Hijo solo te aconsejo algo, de mi historia aprende que vale la pena amar como sí cada día fuera el último, uno nunca sabe cuando el destino te arrebatara trozos de tu alma. Ahora veme, un vijo con dinero y demás, pero sin mi amor estoy muerto, sólo espero el día de reencontrarse con ella más allá de la muerte... Por cierto, gracias por escuchar la historia de este viejo tonto. Ahora creo que debo irme, hay algo que hacer y mi amiga no le gusta esperar y ya la he hecho esperar mucho. -tras decir esto, el hombre se limpió los ojos, pago lo que había bebido y me dejo una propina enorme, más de lo que nunca había recibido-.

Esa noche llegue a casa y me acosté, no podía dejar de pensar en la historia de aquel viejo hombre que había perdido todo. Reflexione mucho, pensé en mi vida, en mi familia y en el amor que hacia mucho no sentía, sentí la necesidad de hacer algo, y sin más, Levante el el móvil, marque el número y espere.

-Hola Tatiana.

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Después de mucho tiempo decidí reanudar este proyecto, ahora si con más ganas y prometo subir más seguido, ya veremos que depara este 2016. Feliz fin de semana.

-Gabriel.