El inicio de una aventura.

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Apartados de la civilización en el bosque de la gran ciudad de Tartados,  se encontraban dos personas en una cabaña, un chico y una chica, cuyos nombres eran Zeles e Irelia Crow. 

Aquí comienza la aventura de estos grandes guerreros que llegaron a ser leyendas.

"Un guerrero.                                                                                                                                                                                       Un Héroe.                                                                                                                                                                                             Una leyenda."

Zeles.

Miraba como en el cielo predominaba el color anaranjado con un tono ligero de miel, el frío comenzaba a sentirse, hacía mucha brisa; las hojas de los árboles comenzaban a zarandearse,  aquí estaba yo, encima de un árbol sentado observando como siempre el sol se ocultaba. Se hizo de noche con el pasar del tiempo, me levante, dando un gran salto hacía abajo a la vez que caía con algo de dificultad al suelo.  "Aún no me acostumbró a caer de alturas altas." Pensaba mientras sentía un ligero dolor en su pierna izquierda, suspiró algo preocupado, comenzando a caminar.

Zeles comenzó a dirigirse a la cabaña.

Cuando llego no había encontrado a su hermana cerca de la ventana como siempre, tal vez estaba durmiendo, pensó mientras que se tiraba en el mueble desgastado para luego acerca su mano hacía aquella botella agarrándola, notando que tan solo tenían 100 florwe (Dinero).  "La vida es difícil sin nuestro padre, aún no tengo pistas sobre su paradero, tal vez deberíamos explorar más allá que éste bosque." Suspiró mientras aquellos pensamientos invadían su mente, miró nuevamente los florwe, teniendo una idea algo particular, "¿Qué tal si hago una profesión?.... Mi padre era un gran guerrero, tal vez cambié de profesión a guerrero, ¿Pero y mi hermana?." Mordió con suavidad su labio inferior, pensando alguna profesión para ella, recordando que había una profesión donde no la pondría en peligro "Ella podría ser una bruja." Mostró una corta sonrisa ladina a la vez que volvía a poner la botella en la mesa mientras que se recostaba en el mueble desgastado cerro los ojos, quedando dormido al instante.

Pasaron las horas....

El sol penetraba por la ventana, dándome directamente al rostro, abrí los ojos con lentitud para luego terminar parpadeando varías veces seguidas, me levante, sentándome en el mueble a la vez que soltaba un ligero bostezo mientras llevaba mi mano diestra hacía mi cabeza, rascándome está con suavidad. "Me he quedado dormido..." Suspiró mientras se levantaba del mueble, estirándose para luego mirar aquella escalera que llevaba al segundo piso. 

— Espero que no se rompan de nuevo las escaleras. 

(???)

— La cabaña se hace pedazos lentamente, ¿No crees?. 

Zeles

— ¿Uh?. 

Había girado mi cabeza hacía la puerta al escuchar aquellas palabras, allí estaba Irelia apoyada de la puerta con una mirada de desagrado, tal vez no le caía del todo bien al pesar ser hermanos somos algo distantes, así como la regla de "Cada quien sobreviva como pueda" Pero al pesar de eso, siempre nos hemos protegido uno del otro. Irelia se acercó con lentitud hacía donde estaba para luego darme un ligero golpe en el hombro. 

Irelia

— Zeles, ¿Planeas hacer algo?. 

— ¿Escaparás con el poco dinero que nos queda?. 

Bromea, soltando un ligero suspiró caminando hacía el sillón a sentarse en el. 

— ¿Dime qué tienes en mente?. 

Dijo mientras mostraba una corta sonrisa a la vez que observaba los ojos del mayor con interés. 

Zeles

Cuando había escuchado aquellas preguntas soltó un ligero suspiró, desviando con lentitud la mirada de la menor, acercándose más a la mesa donde estaba la botella con el único poco de florwe que quedaba, agarró de la parte de arriba para luego lanzarla al suelo con un rápido movimiento, haciendo que está se rompiera, Irelia sobresaltó sorprendida al notar aquella agresión proviniendo del mayor; se agachó recogiendo lo que tenían, en total hacían los 100 florwe, le dio la mitad a su hermana a la vez que el guardaba lo sobrante en su bolsillo.  

— Si de verdad quieres saber el paradero de nuestro padre, tendríamos dejar de explorar en este único bosque y ir más lejos. ¿Quieres ir a la gran ciudad de Tartados para obtener una profesión e ir también por información sobre el paradero de nuestro padre?.  

Hablaba en un tono de seriedad, estaba más que dispuesto a saber el paradero de su padre y la razón por la cual el se había marchado, sentía odio pero a la vez una ligera sensación de temor cada vez que pensaba en él.  

Irelia

Sorprendida por aquella propuesta soltó una ligera risa, no podía creer lo que salía de la boca del mayor, se levanto, poniéndose enfrente de él a la vez que ponía su mano diestra en el hombro de éste, fijando su mirada en aquellos ojos lleno de determinación. 

— Lo que dices suena muy loco, pero, juré que iba a apoyarte, así que... De acuerdo, acepto aquella propuesta. ¿Entonces qué profesión seré?. 

Zeles

Soltó una ligera risa al escucharle para luego suspirar, cerrando sus ojos momentáneamente para luego abrirlos llevando su mano diestra hacía la cabeza de la menor para luego acariciar está con suavidad. 

— Serás una bruja. ¿Qué te parece?. Así podrás ser mi apoyo y no arriesgarte tanto en la batalla.

Hablaba con una ligera preocupación mientras dejaba de acariciar su cabeza, quitando la mano para luego dirigirse hacía la salida,  deteniéndose antes de salir para luego girarse para verle. 

— ¿De acuerdo?. 

Ella no dijo nada, tan solo sonrío a la vez que cerraba los ojos, tal vez no le agradaba la idea de que eligiera una profesión para ella. Salí por aquella puerta, el clima estaba cálido, el sol brillaba con todo su esplendor, no había ni una nube que lo tapara, el cielo estaba despejado,  inhale para sentir aquel aire puro para luego exhalar con lentitud de una forma relajante. Comencé a caminar hacía adentrarme al bosque, mi estómago no paraba de rugir, tan solo tenía los 50 florwe pero no quería gastarlo en comida, recordó en aquella noche donde estaba arriba del árbol, era un árbol de manzano, se dirigió hasta allá. Cuando llego subió el árbol con suma rapidez, se podía notar lo acostumbrado que estaba para escalar cosas, se sostuvo en una rama mientras apoyaba sus pies de otra, se acercó con sumo cuidado hacía una manzana agarrándola con su mano izquierda, halando de ella para despegarla, se recostó del árbol con cuidado comenzando a comer aquella manzana, estaba ansioso que llegase mañana para ir al gran reino de Tartados, ser un guerrero y luego un héroe, pero, sabia que para llegar a tal rango pasaría por muchas aventuras lo cual haría correr peligro su vida. . . 


Continuara tal vez(?)...

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2016 ⏰

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