3. Nosotros

234 9 1
                                    

Fuimos tan felices, al menos yo lo fui junto a ti, viví los mejores de momentos de mi vida, tal vez por eso no te puedo odiar. Te agradezco profundamente el haberte acercado a mi, me enseñaste tantas cosas que aún guardo en mi memoria, me enseñaste que amar no implica ser amado, me enseñaste a soñar, a creer, pero sobre todo a vivir, y también agradezco que me hayas apoyado cuando murió mi abuela, este es un recuerdo muy hermoso, sin contar la muerte de mi abuela, es uno de esos en los que pensaba que me amabas.

Estaba en el árbol del patio trasero de mi casa, llorando, por la muerte de mi abuela, tenía mi cabeza escondida entre mis piernas, solo eran audibles mis sollozos. Sentí unos brazos rodeándome, eras tu, que tratabas de consolarme, no sabías lo que ocurría, se te notaba en la cara, me acurrucaste entre tus brazos, consolándome, dejaste que llorara por unos cuantos minutos más.

—Sea lo que sea, estoy aquí para ti.—era en esos momentos en los que te amaba mas que nunca.

No respondí, no fui capaz, los sollozos no me dejaban hablar, ese dolor que sentía no se puede comparar con lo que me dejaste sintiendo luego de que me dejaras.

—Siempre me tendrás, siempre podrás contar conmigo.—mentiste descaradamente, ¿donde estás ahora que te necesito? todas aquellas palabras sin sentimiento alguno. Me encantaría decir que no duele recordar todas aquellas veces que me juraste amor eterno, pero seria una gran mentira, como todas esas palabras vacías. A veces creo que yo tuve la culpa, por confiar, por creerte, por amarte, pero supongo que todo pasa por algo, al menos así dicen todos.

Solo necesito un poco de tu corazón para recuperarme, solo necesito un poco de tu amor para levantarme, ¿acaso es mucho pedir? solo quería ser feliz a tu lado, solo quería hacerte feliz, solo quería amarte, solo quería que alguien me amara.

Y es que siento que todo mi mundo se cae a pedazos, ya no se que hacer para salir adelante, y es que ya no se como pensarte sin que duela, todos los recuerdos de ti, de nosotros, duelen, y es triste porque creo que me estoy acostumbrando a este dolor. Carol, ¿te acuerdas de ella? me vino a visitar la semana pasada, conversamos mucho, sobre nosotros, le conté toda la historia, le describí cada pequeño sentimiento y cada pequeño detalle, pero nada fue suficiente para que entendiera como me siento, dice que debo salir adelante, recuperar mi vida, pero, ¿cómo hacerlo sin ti? como debo seguir cuando tu no estas aquí, cuando tu ya no eres mío pero yo sigo siendo tuya en cuerpo y alma.

Dime como haces para ser tan feliz, porque yo ya olvide ese sentimiento, ya no esta incluido dentro de mi. Llega un momento en la vida en el que tienes que elegir dar vuelta la página, o cerrar el libro. Al parecer tu cerraste el libro, porque vas por la vida con ella, sonriendo, mientras que yo, voy por la vida, o lo que me queda de ella, toda rota, vacía, triste.

Pero cuando este preparada para tomar una decisión, creo que elegiré dar vuelta la página porque, siendo honesta, no puedo cerrar el libro, no cuando todavía te amo. Cuando cambie de página me asegurare de dejar un esquina doblada, porque nunca podre superarte por completo, jamás podre olvidarte, porque tu estas grabado en mi memoria, viviré con tu amargo recuerdo.

¿Te cuento un secreto? de todas tus mentiras, «te amo» siempre será mi favorita, soy masoquista lo reitero, hace poco escuche por hay una frase tal vez, decía «he estado peor, lo sé, pero también he estado mejor», he estado mejor, sí, pero cuando he estado mejor fue contigo.

Desventajas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora