La Chica Y el Cuervo

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Ella siempre se había querido enamorar, desde pequeña siempre había soñado con un príncipe azul que siempre la mirara con una sonrisa, un caballero que compartiera sus gustos, que la amara, que la respetara y que la cuidara.

No sabía cómo termino de esta manera....

~Por que eres débil....~ - Canturreo una voz masculina en su cabeza.

Tenía 23 años, era estudiante de medicina en la universidad, fácilmente podría mantenerse sola con su sueldo de practicante. Pero seguía con él...

Sus padres la aconsejaban y trataban de ayudarla. Pero seguía con él...

Veía con lastima cada mañana su cuerpo lleno de moretones. Pero seguía con él...

- Él va a cambiar mamá, me ama y yo a él. -Respondía cada vez que su madre sacaba el tema.

~No lo hará...~ Respondía aquella voz cada vez que ella pronunciaba esas palabras.

Desde hace un tiempo que oía aquella voz masculina. Se burlaba de ella y hasta se daba el lujo de discutirle. Sabía que no era su conciencia ya que esta tenía voluntad propia y le hablaba de cosas que ella no conocía.

Aquella voz era su único acompañante cada vez que terminaba tirada en el suelo o la cama llena de golpes, sangre y la ropa a jirones. La animaba a su modo, a pesar de las burlas siempre terminaba animándola.

Se miro al espejo de su baño y quito con cuidado el maquillaje de su rostro. Sus ojeras y moretones resaltaron en su pálida piel. Su cabello negro caía sobre sus ojos tratando de ocultar las pequeñas cortadas de su frente y cejas, lo amarro en una trenza empezando de la nuca y llegando hasta su cintura y al igual que en su rostro los moretones y marcas de dedos de su cuello saltaron a la vista. Sus grandes ojos castaños estaban hinchados y rojos de tantos golpes y de tanto llorar.

Miro nuevamente su reflejo en el espejo y su labio tembló, estaba más muerta que viva, ya no había rastro de aquella joven risueña, coqueta y alegre. Su cuerpo delgado y rostro pálido le daban aspecto fantasmal y acabado, sin duda ya nada quedaba de aquella bella y seductora mujer.

Se estremeció cuando sintió la puerta del departamento abrirse y luego cerrarse de un portazo.

- ¿! Donde estas mujer!? - El grito la sobresalto aun más y salió corriendo al encuentro de su novio.

- A ...aquí estoy...Fern..Fernando...-Respondió poniéndose en frente de él con la mirada baja.

- ¿Fernando? -Pregunto el joven mientras tomaba bruscamente del delgado mentón de su novia. -Sabes muy bien que no me gusta que me llames por mi nombre ¿Lo has olvidado?

- Lo siento mi amor... es solo que vengo cansada de la universidad...-Respondió con voz temblorosa, su pequeño cuerpo temblaba y podía sentir en su rostro el aliento de alcohol de su novio, eso solo significaba una cosa.

~Lo hará otraa veeez ~~ Canturreo la voz en su cabeza.

- Kiara..Kiara..Kiara...-Canturreo Fernando mientras caminaba aun sosteniendo el rostro de su novia con brusquedad. Abrió de una patada la puerta de la habitación y la lanzo sin cuidado el delgado cuerpo de Kiara a la cama. -No sé porque aun no dejas esos estúpidos estudios...

- Me ... me gusta...-Tartamudeo Kiara mientras veía con temor como su novio se quitaba la ropa y la de ella.

~Ya vieeneee...~ -Jugueteo la voz, se notaba ansiosa.

- No me importa que te guste...-Le respondió con el ceño fruncido para luego lanzarse encima de ella.

Grito, pataleo, suplico y lloro pero aun así nadie vino a ayudarla y él no se detuvo. Se movía con brusquedad destrozando su sensible interior y disfrutaba golpeándola junto con cada penetración. La arañaba y mordía con brusquedad dejando marcas sangrantes en el huesudo y pálido cuerpo de la joven mientras repetía una y otra vez ''Eres mía''. Luego simplemente salía de ella y acababa en su rostro para salir de la habitación dando un portazo.

La Chica y el cuervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora