Canción: Photograph - Ed Sheeran.
Subió corriendo a su habitación como si de una emergencia se tratase. Y en realidad lo era. Quizá para las demás personas no, pero para ella, vaya que lo era. Rebuscó entre los cajones con desesperación. Su corazón latía mucho más rápido de lo normal y sentí que las gotas de sudor bajaban como lágrimas sobre su frente. De todas formas, a pesar de que ella y su habitación se encontraban hecha un desastre, no detuvo su búsqueda.
Pero aquella fotografía no estaba en los cajones.
Pasó a través de la cama y comenzó a buscar en la mesa de noche del otro lado. Tenía que estar por ahí, ella nunca la tiró, ella había guardado esa fotografía. Pero tampoco estaba allí. Comenzaba a perder la cabeza; tenía que encontrar esa foto fuera como fuera.
Se levantó del suelo y abrió su armario. Se fijó en la parte de arriba y vio aquella caja que siempre había tenido desde que era una niña. Ahí debe estar, pensó. Pero era difícil de alcanzarla. Por más que se pusiera de puntitas, no llegaba a ella. Suspiró; tenía que acutar rápido.
"Mamá, ¿qué estás haciendo?" Nathalie* dio un salto al escuchar la voz de su hija de once años detrás de ella. Sacó el aire que estaba conteniendo y con sus manos se echó el cabello hacia atrás. Estaba estresada, y eso que acababa de llegar de un paseo para relajarse.
Pero ella no podía relajarse ahora. No después de ver a Shawn en el parque después de más de quince años de no haberlo visto, de no saber nada de él. Ahora estaba más alterada que nunca, más emocionada que nunca. Tenía que encontrar esa fotografía.
"Nada, mi amor. ¿Por qué?"
"Porque estás llorando" Respondió la niña, acercándose a ella para abrazarla. Nathalie se llevó los dedos a las mejillas y las encontró húmedas. Efectivamente, había estado llorando. Y ni siquiera se había dado cuenta. "Mami, ¿estás bien?"
"Estoy bien, amor. Todo está bien. Te lo prometo"
"¿Y entonces por qué lloras?"
"Porque no puedo alcanzar esa caja" señaló la parte de arriba de su armario y su hija la siguió con la mirada. Sonrió divertida y se separó de las piernas de su madre para acercarse al armario y comenzar a escalarlo, estante por estante. "Melody, ¿qué estás haciendo? ¡Baja de ahí, puedes caerte!"
"Te voy a alcanzar tu caja, mamá. Para que dejes de llorar"
Y entonces ella pudo llegar a la caja. Después de tomarla se bajó de los estantes con ayuda de su madre y sostuvo la caja roja en sus manos. Se le dificultó la respiración por un momento, pero después volteó a ver a Melody con una sonrisa que llegó perfectamente hasta sus ojos.
"Gracias, Melody" besó su mejilla y la niña sonrió abiertamente.
"De nada, mamá. Papá está abajo, y trajo la cena. Dijo que bajes a comer"
"Bien. Dile a papá que bajaré en un segundo, ¿está bien?"
Melody asintió frenéticamente y salió de la habitación de su madre corriendo. Por otro lado, Nathalie se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y la caja todavía en sus manos. Éstas últimas le temblaban como si no hubiera un mañana. Sonrío por lo estúpida que estaba actuando; si años atrás le hubiesen dicho que iba a estar en esta situación, se habría reído. Había reído junto a Shawn.
Shawn.
Habían pasado quince años ya desde la última vez que lo había visto. Y si fuese por ella, no iba a encontrárselo jamás. Creyó que tal vez él estaba en otro país siendo famoso por sus tantas maravillosas pinturas, o trabajando en un increíble museo de arte. Pero nunca se imaginó encontrárselo en el parque de su ciudad. Solo, sin ninguna compañía.
No podía decir que estaba igual que antes, porque efectivamente habían pasado muchos años. Pero él no había cambiado nada. Sus rasgos se volvieron más marcados y ahora estaba más alto, con vello facial. Y sus ojos seguían siendo los mismos. Pero sobre todo, sus ojos habían brillado de la misma manera, igual que hace quince años, cuando la veía a ella.
Abrió la caja roja, dejando la tapa a un lado, y recostó su espalda a un lado de la cama. Sus ojos se abrieron al ver el montón de chucherías que contenía la caja. Dijes, cartas, sobres, fotos, invitaciones. Incluso había monedas y billetes viejos que ahora ya no circulaban. Sacó todos los papeles y comenzó a revisarlos uno por uno, esperando encontrar la foto que tanto quería ver.
Si su corazón latía desesperadamente antes, ahora estaba mucho, mucho peor.
Fotos con sus antiguas amigas de escuela, con el grupo de chicos con la que siempre pasaba sus fines de semana... su mente se llenó de recuerdos y situaciones que deseosa quería repetir. Pero ya no era una adolescente.
Hasta que encontró la foto.
El corazón se le encogió y unas inmensas ganas de llorar la invadieron, de la cabeza hasta los pies. No lo evitó. Tomó la fotografía en sus manos y pasó sus dedos por el marco: era una polaroid vieja y casi desgastada. Sollozó al ver las dos únicas fotos que posaban allí. Se trataba de ella y Shawn, quienes se sonreían el uno al otro, mirándose, actuando ajeno al alrededor, incluso a la cámara que en ese momento tomaba la fotografía.
Él tendría unos diecisiete años y ella dieciséis. El tiempo pasaba volando. Recordó que ese día habían salido todos a la feria de la ciudad y al salir de una de las montañas rusas, Cameron les tomó la foto sin que se dieran cuenta. Siguió llorando, recordando cuán feliz había sido esos días, y sobre todo cuán feliz había sido junto a Shawn.
Sorbió su nariz sin dejar de llorar y siguió viendo la fotografía. La vio por la parte trasera y se sorprendió al ver que había algo escrito allí a mano. Se limpió los ojos, tratando de dejar ver borroso a causa de las lágrimas y así poder leer el mensaje.
Se trataba de la letra de Shawn.
"Guardamos este amor en una fotografía, construimos estos recuerdos para nosotros mismos: en donde nuestros ojos nunca se cierran, los corazones nunca se rompieron, y los momentos quedan quietos, congelados para siempre. –Shawn."
Lloró de nuevo. A tal punto que pensó que podrían escucharse sus sollozos desde el primer piso de la casa. Dejó la fotografía a un lado y continuó pasando las fotos, hasta que se dio cuenta que las tres siguientes también eran fotos con Shawn.
En la siguiente ellos sonreían exageradamente a la cámara sin mostrar los dientes y con los ojos cerrados. Recordó que ella lo había obligado a él a tomarse esa foto así. Se rió en medio del llanto y después de comprobar la parte trasera de la foto y ver que no había nada, continuó a ver la siguiente.
Ésta vez ella estaba colgada a la espalda de él como caballito, casi a punto de caer, mientras que los dos reían a carcajadas. Y Nathalie volvió a llorar.
La última foto le partió el corazón. Se trataba de ellos dos, solos, besándose con los ojos cerrados bajo la farola de una calle oscura. Cameron había tomado la foto de nuevo. Negó con la cabeza colocando sus labios en una línea para evitar sollozar de nuevo. Miró la parte trasera de la foto y encontró otro mensaje.
"Cuando me haya ido, recordaré cómo me besabas, bajo la farola, de vuelta en la calle sexta. Oyéndote susurrar a través del teléfono, espérame a que vuelva a casa."
Y entonces entendió. Que a pesar de que ahora tenía una familia, un esposo del que estaba enamorada, y una niña que hacía que su vida brillara, ella nunca iba a olvidar a Shawn; su amor fugaz, su amor de adolescente. Su primer y verdadero amor.
*Nathalie: Personaje principal imaginario.
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Song preferences ; shawn mendes
RandomPueden catalogarlo como gusten: One Shoots, historias cortas, lo que sea. Para mí son pequeños relatos basadas en canciones que narran una historia al rededor de ella. No sé si me entiendas, ¿por qué no lo averiguas entonces? :-) ¡Escoge la canción...