•Juguemos• Parte única.

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Luhan no paraba de reír. Minseok le estaba ganando en la batalla del videojuego pero le parecía muy divertido como se inclinaba hacia la pantalla y daba pequeños brinquitos cada que su personaje recibía un ataque.

–¡Yah! – Xiumin le dio un suave golpe en el hombro – ¿Por qué dejas de jugar? ¡Sigue!

Luhan despertó de su ensoñación, en algún momento se había embelesado viéndolo «Tan lindo » Gracias al cielo no estaba babeando. Continuaron jugando un rato más, otras tres rondas para ser precisos, las cuales Lu perdió sin remedio alguno.

Después de eso hicieron palomitas, compraron refrescos y pusieron una película cualquiera. Minseok se quedo dormido a la mitad y Luhan ni siquiera pudo ver el resto de la película porque se puso a admirar la belleza de su hyung mientras dormía. Tenía las mejillas más lindas que él hubiera visto en su vida, lo que más le gustaba era cuando estas se teñían de carmín «Simplemente precioso » además, tenía las pestañas largas y abundantes que caían hacia abajo cubriendo sus ojos, y luego estaban esos labios... Rosados al natural y casi tan finos como los suyos, sin embargo el labio inferior de Xiumin era ligeramente más grueso y a él le estaban dando ganas de atraparlo entre los suyos mientras lo veía.

«Ya, ya Luhan estas siendo raro de nuevo »

Se levantó dispuesto a despejar su mente de aquel pensamiento. No es como que fuera la primera vez que se imaginaba besando a su hyung y haciéndole muchas cosas más... Pero si era la primera vez que realmente tenía oportunidad de hacerlo, y siempre existía la posibilidad de ser rechazado y de que Minseok decidiera no hablarle nunca más o divulgar que él era "rarito" y que nadie debía acercarsele.

Quitó la película y apagó la televisión, después limpio la mesa y todo el desastre que habían dejado, sonrió una última vez al ver a su baozi durmiendo y suspirando como un lindo bebé.

Lo dejó descansando y se dirigió a la cocina para lavar los platos –Wow... Esos...– Maldijo en voz baja, los chicos le habían dejado sus platos del desayuno, de forma que ahora había una gran montaña de trastes sucios por lavar. Se sintió como la cenicienta pero no le iba a pedir a su lindo hyung que los lavara, sus  suaves y blancas manitas podrían dañarse con el detergente.

–¡Lu! ¿Por qué estás lavando los platos tu sólo? Debiste despertarme – Se quejó Xiumin entrando a la cocina una vez que se levanto.

–Es que te veías muy lindo durmiendo – Se excusó.

–¡Luhan! – Chilló en forma de regaño – Siempre dices cosas vergonsozas, no sé como no te da pena.

–Digo la verdad baozi, la verdad – Lo corrigió y se dio la vuelta para encararlo. Minseok estaba jugando con sus dedos y tenía las mejillas rosadas, es decir, sus halagos estaban haciendo efecto.

–Es que, ¿No te has visto al espejo? ¡Eres adorable Minnie! – El ciervo pasó su mano sobre el rostro del mayor, acariciándolo con cuidado.

Xiumin levantó la vista y se encontró con los ojos deseosos y amorosos de Luhan, o eso es lo que creyó captar de su mirada, ya que de pronto se encontró a si mismo viendo los labios de su compañero y admirando su delicado rostro.

«También eres muy lindo Lu-ge »

Minseok sacudió la cabeza con fuerza, se sintió bastante extraño al pensar eso así que se dio la vuelta hacia el refri dándole la espalda al menor quién volvió a su labor con los trastes.
–Hyung.

–Dime... – Xiumin sacó un yogurt y comenzó a tomarlo.

–¿Qué opinas de los gays?

El juego de la cereza | One Shot | [XiuHan/LuMin]Where stories live. Discover now