Todo empezó un hermoso día de primavera en una casa enorme que estaba en un pueblo pequeño. Nuestra preciosa protagonista; Esti, una rubia de ojos azules de con tan sólo trece años. Vivía allí junto a sus padres y a sus dos hermanas. Las dos eran muy extrañas, era dos gemelas de dieciséis años llamadas Beatríz y Laura. Cuando una tenía hambre la otra sed, cuando una tenía dolor de cabeza la otra de tripa, cuando una estaba nostálgica la otra triste...
Eran así desde que nacieron, y no las deja separarse durante mucho tiempo, por que son como un oxígeno necesario la una para la otra.
La casa en la que vivían se dividía en tres pisos y un sótano:
El primer piso estaba formado por la habitación de las gemelas, una pequeña sala de estar, un baño con tocador y un cuarto para el acuario. Se puede decir que ese piso era sólo de las gemelas.
El segundo piso tenía el cuarto de sus padres, otro baño, un taller para el padre y un comedor.
El tercero era el mejor, por lo menos para Esti, allí estaban todas sus posesiones queridas. Este piso se componía por el cuarto de Esti, otro baño, un salón de relax (sólo para Esti, aunque en ocasiones especiales dejaba entrar al resto) y un pequeño taller de estudio.
El sótano sólo tenía cosas viejas; Fotos, juguetes, cajas...Esti iba a un colegio pequeño en el centro del pueblo. Tenía gran parte de sus recuerdos escondidos en cada esquina de aquel edificio: Sus amigas, los profesores, ¡incluso cada silla tenía su propia historia!
No la exigían demasiado por lo que Esti era una estudiante ejemplar. En ese pueblo siempre había algo que hacer, aunque incluso la propia Esti reconocía que ella no pasaba demasiado tiempo en familia.
Bueno, como iba diciendo todo empezó un bonito sábado de primavera en su casa. Todo estaba tranquilo y ella descansaba en el cómodo sofá de masajes de su salón de relax, con los ojos cerrados. No tenia deberes y había desayunado hace pocos minutos. Nada ni nadie podría interrumpir esa mañana tan preciada en la que su único plan era relajarse. Pero de repente algo calló al suelo causando un estruendo desagradable. Esti miró hacia atrás, tan sólo era un viejo jarrón vacío.
Se levantó para recogerlo pero se escuchó una voz:
_Lo siento, culpa mia. - Dijo la voz.
_¿ Q-Quien ha dicho eso?-Preguntó Esti, llevándose las manos a la cabeza.
_Yo. Mi nombre es...Bueno no lo recuerdo pero mis amigos me llaman Tuli, aunque... No tengo amigos.
_¡Aaaaaaa!- Chillo Esti, viendo a un niño más o menos de su edad, medio transparente apareciendo tras la mesa de mezclas para tratamientos de belleza.
_ Sssh, calla. ¿O quieres que todos se den cuenta de que yo estoy aqui?-Susurró el niño.
_P-pero, ¿Que haces tu en mi casa?
_Yo...Vivo aquí, desde mucho antes de que tu nacieras.
_Pero ¿Por que?
_Aparecí aquí, no se más, solamente que me he muerto.
_ ¿Como?
_Pues yo nací aquí, pero me fui a vivir a la ciudad con tan sólo once años, yo echaba muchísimo de menos el pueblo así que me escape y vine a vivir, aquí. Mi antigua casa que permanecía abandonada, pero...En el camino en tren...Hubo un accidente y aparecí aquí. -Explicó Tuly.
_ ¿Y por que nunca te habíamos visto antes?
_Me escondo en el sótano y jugueteo con vuestras cosas. Llevo tres aburridos años allí metido.
Y... ¿Por que has aparecido ahora?
_Por que te quería conocer. Piensa en lo que he tenido que pasar solo. ¿Te gustaría a ti estar tres años escondida en un sótano?
_No. Y entonces lo único que quieres es ser mi amigo. Pues vale.
_Bueno, ¿Como te llamas?
_Mi nombre es Estíbalith, pero todos me llaman Esti.
_Encantado, ¿Sabias que hay una invasión de arañas en el sótano?
_¡Que asco!-Exclamó Esti.
_Y también de cucarachas - Continuó el chico.
_Aggj
_Y alguna que otra culebra. - Dijo Tuli.
_¡ Callate, si no quieres que vomite!
_ Era una broma, no te lo tomes mal. -Respondió Tuli.
_Casi me matas del susto. No puedo soportar los bichos.
_Vale, vale...No volveré a hacerlo...
_Más te vale...-Continuó Esti. -Escúchame, quiero saber más de ti, que te parece si...Investigamos un poquito.
_De mi vida, ¿No?
_Claro. No todos los días conoces a un fantasma.
_Vale...
Entonces se escuchó el ruido de las escaleras. Alguien estaba yendo hacia allí a un paso muy rápido. Tuli se escondió lo más rápido que pudo.
Tras la puerta aparecieron las gemelas.
_ ¿Hablabas con alguien?-Preguntó Laura.
_Emmm, si. Acabo de llamar a Paula, mi amiga del colegio para hablar con ella.
_Vale, pues no grites. -Dijo Bea saliendo por la puerta y llevándose a su gemela del brazo.
Minutos más tarde ya tenían algo de información. Por lo visto la madre de Tuli era una doctora multimillonaria y su padre un arquitecto que también tenía muchísimo dinero. Venía de una familia muy grande, pues tenía Seis hermanos: Tres chicos y tres chicas, y el era el del medio, y en las fotos encontradas no parecía tener demasiado protagonismo.
_Me ha venido algo a la cabeza...Cuando he visto a tus hermanas antes, me he acordado de algo...No lo se...¿Alguna aventura con ellas a lo mejor?
_No lo creo. Pero por si las moscas voy a preguntarles.Dicho y hecho. Esti bajo al primer piso y las encontró viendo la televisión en el salón.
_¿Podemos hablar un segundo?- Preguntó la rubia acercándose a ellas.
_Claro. ¿Te ha pasado algo?- Dijo la gemela haciéndola un sitio en el sofá. En el fondo eran muy majas, pero normalmente se escondían tras una cara de tristeza que hacia llorar a cualquiera.
_No, sólo quería saber...Si hace más o menos tres años, no se...Se murió alguien importante...-
Las gemelas se miraron y asintieron suavemente.
_¿Que sabes?- Preguntó Bea.
_No, nada especial...Sólo es por curiosidad.
_¿Se lo contamos? A lo mejor ya a crecido lo suficiente para saberlo. -Le preguntó Laura a su hermana.
_Supongo que ya es la hora. Bueno todo empezó cuando tu tan sólo eras una niña pequeña, de cinco años. Nosotras teníamos ocho. Un día caminando por el pueblo, un niño de nuestra edad se acercó y empezamos a jugar con él.
Era nuestro mejor amigo - continuo la otra - Un día fuimos a una cueva abandonada, una que esta por la montaña, y nos encontramos con un espíritu malvado, y nos dijo que uno de nosotros no viviría mucho más que cinco años, y que el se encargaría de cumplirlo. Años más tarde lo olvidamos, pero nuestro amigo; David, nos informó de que se iría a vivir a la ciudad y que no volvería. Fue la peor noticia del mundo. Pero jamás dejamos de escribirnos. De hecho hasta tuvo una relación a distancia con Bea. Así que un día decidimos hacer un reencuentro y escaparnos a vivir a cualquier lugar fuera de normas y reglas, pero él nunca llegó. Esperamos durante mucho tiempo y le escribimos unas cien cartas, pero tiempo después nos dijeron que David había muerto en un accidente de tren. Juntas pudimos superarlo, aunque nos costo muchísimo tiempo. Y a veces todavía podemos sentir su presencia.
_Que triste...- Dijo Esti.
_Si, pero lo que pasa es que después nos enteramos de que ese tren jamás salió de la parada y alguien había matado ha David. - explicó Laura
_ ¿Si? ¿Quien podría ser?
_Greta...Fue ella seguro pero...No tenemos pruebas. - Dijo Bea no pidiendo contener más lágrimas.
_ ¿Quien es esa?
_Una vieja amiga. Desde que conocimos a David ella desapareció de nuestras vidas y nos ignoró después de varios intentos de salvar nuestra amistad. Cuando por fin encontró amigas decidió vengarse y en varias ocasiones la vimos intentando robar nuestras cosas preciadas o incluso intentando envenenarnos, pero cuando David murió su operación de hacernos la vida imposible acabó, y ahora mirarnos, somos las raritas del colegio.
_Que mal. Deberíais decírselo a alguien.
_ ¡Ni en sueños! - Gritó Laura mientras calmaba a su gemela que no paraba de llorar.
_Vale, ahora yo voy a daros una sorpresa. Tuli, pasa. - Dijo Esti mirando hacia el escondite de el fantasma, donde él lo había escuchado todo.
Tuli, o mejor dicho David se dejó ver delante de las gemelas que no salían de su asombro.
Las dos rompieron a llorar y a mirar al fantasma con cara de pena.
Corrieron a abrazarse y aunque el fantasma no hubiera crecido nada mientras estaba muerto y era más bajo y no se podían tocar, ese abrazo fue el más bonito que Esti había visto en su vida.
David ya había recordado todo, incluso cuando le mató alguien. Vestido de negro y con un pasamontañas en la cabeza.
Todos tenían ya muy claro todo pero tenían que hacer algo... ¿Pero que podían hacer?
Eso será otra historia. De momento tienen muchas cosas que contarse.
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El Fantasma De La Casa
RandomTodo empezó un bonito día de primavera en una casa grande de un pueblo pequeño. Allí vivía nuestra prota