Tenia cuatro años estaba en casa junto con mi madre y mi padre, de pronto dos hombres entraron en mi casa, le dijeron a papá que venían a cobrar sus cuentas pendientes lo tomaron lo estrellaron contra la pared y clavaron un cuchillo fríamente en su media espalda salí corriendo mientras vería como cortaban la cabeza de mi padre, era un episodio horrible, me metí dentro del armario no me habían visto pero yo había visto todo, cuando mi madre entro a la habitación la tomaron de las dos manos y abusaron de ella, luego de esto tomaron un cuchillo y lo fueron clavando en su ombligo hasta que llego al tope, yo seguía hay presenciando como ocurría todo, esos tipos revolcaron todo, toda mi casa quedo hecha un montón de escombros cuando de repente a lo lejos escuche una patrulla alguien había llamado a la policía ellos entraron, escuche dos tiros vi como una bala volaba la cabeza de uno de los homicidas, y la otra atravesaba su torso el otro sujeto saco una pistola y consumido por la frustración salto por la ventana de nuestra casa, creí que era momento de salir allí estaba aquel policía, salí del armario el me tomo de la mano y me saco de la casa, me dijo que todo estaría bien que no me preocupará, yo confíe en el, de verdad confíe en el.
Luego de todo lo que había pasado me enviaron a un orfanato un oscuro orfanato, todo era tan hermoso, tan oscuro tan sombrío lleno de oscuridad no se lograba observar ninguna luz era tan hermoso, pero no era tan hermoso como lograba verlo, todas las personas eran sumamente extrañas nadie me hablaba nadie quería estar a mi lado era el chico diferente entre tanta gente que siquiera podría ver mas allá de su cerrado mundo y ir mas allá del cerrado mundo en el que estaban encerrados aquel lugar en el los obligaban a estar aquel lugar tan rutinario y estúpido en el cual solo podrían pensar lo que se les obligara a pensar y no podían ser diferentes, ese lugar lleno de tantas extrañas personas, me sentía estúpido e incluso llegaba a sentir ganas de acabar con mi vida, no me decían nada y no quería que me hablarán, no necesitaba su aceptación para mi eran un montón de ratas, tan hipócritas, tan estúpidos, tan solo, yo no hablaba con nadie lo recuerdo muy bien.
Al poco tiempo empecé a ir a la escuela y los días pasaban mi vida era tan rutinaria temía convertirme en uno de los tantos niños del orfanato, yo no era así y nunca lo seria, recuerdo muy bien que un día tuve un inconveniente con un compañero y recuerdo que la ira entro por mis venas y enterré mis tijeras en su brazo, me sentía feliz, sentía algo dentro de mi, algo que era bueno, pero los maestros no lo creyeron así, ellos me llevaron al orfanato y allí me golpearon fuertemente, no me importó, sin embargo mi cuerpo se lleno de ira y sentía el odio dentro de mis venas odio hacia todo lo que existía, odiaba a todo el mundo, cada cosa de este inundó hueco en el que estaba metido, me negué a volver a la escuela y a los directivos del orfanato les pareció bien era un gasto menos para ellos.
