Un amor imposible

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Todo estaba nublado por un denso manto de niebla. La tranquilidad reinaba en aquel silencioso lugar. Era una tarde fría, por eso la soledad. 

Miguel como cada día entró por la gran puerta del cementerio con un libro y una rosa blanca entre sus manos, deambuló entre las tumbas, contemplándolas con indiferencia. Pasaron unos quince minutos hasta que se paró delante de una cualquiera, tenia un nombre escrito y una pequeña dedicatoria, como todas las demás.

Carla Gonzalez. 1992-2011. "Siempre estarás en nuestros corazones"

Miguel dejó la rosa delante de la tumba, sentándose cuidadosamente a su lado, abrió el libro disponiéndose así a leer, era Romeo y Julieta de Shakespeare, lo leía como si lo hubiese escrito el mismo, parecía una lectura fácil, pronunciaba cada verso con elegancia, amplificaba los suspiros, vivía los sentimientos mientras que las palabras fluían.

Romeo: Adiós!... No temas no perderé ocasión alguna para mandarte noticias mías.

Julieta: Oh! Tu crees que nos volveremos a ver pronto?

Romeo: Si! No lo dudes! Y nuestras penas de hoy serán tema y encanto de los días de mañana(...)

Cerró el libro y volvió a mirar la tumba acariciándola delicadamente.

- Te echo de menos - le dijo entre susurros - echo de menos escuchar tu voz, tu risita,también que me leas libros, precisamente este, que me hagas de Julieta, te encantaba hacer esta obra conmigo, nuestro libro... - lo miró y lo abrazó.

Carla apareció a su lado como una sombra, le miró con los ojos llorosos. Miguel nunca la vería por más que ella quisiera.

- Yo también te echo de menos Miguel - le dijo ella.

- Carla me siento solo, cansado, triste, hay un hueco en mi corazón, y es que no puedo llenarlo con nada que no seas tu... quiero que vuelvas... vengo cada día, imaginándome que algún día aparecerás y me dirás que todo esto ha sido una de tus bromas pesadas, que solo me cabreare, y ya esta, no pierdo la esperanza en verte, te leo cada día para sentirte más cerca, y aunque no me oigas lo hago.

- Te escucho , adoro tu voz pequeño.

Y aun así sabiendo que no estas vengo, y hago el imbécil aquí sentado, pero es que no puedo hacer nada más que pensar en ti, por que te necesito en mi vida. 

Carla lo miró aun más de cerca, y pudo ver una pequeña lagrima se deslizaba por su mejilla hasta la barba de cinco días.

- Carla necesito volver a oír tu voz, poder despedirme de ti, decirte lo que siento mirándote a los ojos, pero sobretodo poder darte el último beso.

- Miguel...

-Pero no hay vuelta atrás...Puto cáncer de mierda...no podías compartir lo que te pasaba, no, tenias que alejarte, apartarte de mi a más no poder... Carla te quería ayudar, siempre te he querido ayudar, pero simplemente te fuiste de mi vida, te fuiste, me mentiste diciendo que no querías volver a verme, y cuando me enteré de lo que en verdad sucedía, ya era demasiado tarde... ¿Por que Carla, por que lo hiciste?

- Tenia miedo... Te habría hecho daño..

- Y no me digas que me habrías hecho daño, por que de esa manera me lo hiciste más....

- Lo siento...

- No te quiero culpar, lo único que sigo sin entender por que no me lo contaste, simplemente eso, no estoy cabreado contigo ni mucho menos, pero es que, no pude hacer nada, no me dejaste otra alternativa que quedarme en casa rayado pensando por que me dejaste.

Miguel rompió a llorar y Carla se puso en frente suyo, el no podía verla.

- Miguel, no podía ver como consumías tu vida junto a la mía. habrías salido lastimado, más de lo que estas ahora , creí que era lo correcto, por que cariño, aun estando muerta eres lo que me da vida.

- Carla... se que no me oyes... pero... Te quiero, y se que jamas podré volver a querer a nadie más, ni como te quiero a ti ni tan solo asomarse, te quiero Carla Gonzalez.

Hubo un silencio por parte de ambos, Carla se acercó a sus labios y lo besó, el en cambio lo único que pudo sentir fue una simple caricia en estos, mientras que el viento le susurraba... te quiero. 

Carla nunca más volvió a aparecer.

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