Capítulo 1

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12 de diciembre

Luego de varios mensajes de voz y llamadas desesperadas, Dylan seguía sin aparecer. Había pasado toda la noche sin poder contactarme con él por lo que esta mañana, al expresarle mi preocupación a Kristin, mi madre, ella había llamado a la policía para hacer una denuncia. En este momento, dos policías se encontraban en la sala de nuestra casa haciéndole preguntas. Kalani, mi hermana, estaba sentada en una silla en la habitación contigua, acurrucada de una incómoda manera en este con la mirada perdida. Papá, quien estaba en un viaje de trabajo, aún no sabía de la desaparición de Dylan pero estoy seguro de que ni bien se entere, vendrá enseguida.

¿Y yo? Bueno, yo estaba caminando de un lado a otro estrujando con las manos una pequeña pelota moldeable con total nerviosismo. No tengo idea del momento en el que llegó a mis manos pero no me detuve a pensar en ello y seguí escuchando cómo mamá daba los datos de mi hermano gemelo desde el otro lado.

''¿Cuántos años tiene? ¿De qué manera iba vestido la última vez que lo vieron salir? ¿Cree que pueda haber ido a un lugar que ustedes desconozcan? ¿Han confirmado con todos sus conocidos posibles si no tienen información de su paradero?''. Tenía una dolorosa presión en el pecho y aquellas preguntas solo hacían que se intensificara. Toda la situación me estaba poniendo de los nervios.

― ¿Podría describirlo o darme una foto de él? ―murmuró el policía más alto de los dos, de cabello rubio y ojos extraños, mientras me asomaba a la habitación.

―Dylan es alto. Tiene el cabello castaño y ojos gris oscuro. Ama tener su cabello...

―Mamá...

Me acerqué a ellos interrumpiendo la vaga descripción de mi madre ya que parecía que se largaría a llorar en cualquier momento. Podía ver cómo su mano temblaba ligeramente mientras la tenía apoyada en su regazo, por lo que sé también cuán nerviosa está. Es por eso que quizás no había reparado en que tenía a alguien exactamente igual a Dylan frente a ella, y que podría ayudar a la descripción de él.

― ¿Qué quiere, joven? ―preguntó el policía rubio volteando a verme mientras jugaba con un bolígrafo negro entre sus dedos.

―Es mi hermano gemelo, por lo que obviamente somos idénticos ―contesté fracasando en intentar ocultar el sarcasmo que teñía mi voz.

Chad West, como se presentó anteriormente el policía de cabello castaño y ojos color verde que no había dicho alguna palabra después de eso, me observó con una ceja levantada. No era mi intención burlarme de la autoridad, pero no era mi culpa el refugiarme en el sarcasmo para no demostrar lo nervioso y asustado que estaba.

El rubio, Michael Connor, solo rodó los ojos.

―Es imprescindible que nos dé una descripción detallada ―puntualizó Michael haciendo énfasis a sus palabras dándome una rápida mirada de reojo―, además de una foto, ya que así podremos buscarlo en nuestras bases de datos, reportes de personas que quizás lo hayan visto o algo que pueda estar adecuado a la descripción de su hijo.

Mamá solo asintió y se apresuró en ir a buscar una foto de Dylan más reciente, perdiéndose por la puerta frente a la que estoy, la cual da a las escaleras que lleva a nuestras habitaciones.

―Toma asiento un momento, por favor.

Haciendo un ademán con una mano para que sentara en un sillón frente a ellos, Chad sonrió tranquilizadoramente. Me apresuré a obedecer por más de que él no parecía tan malo a comparación de su compañero, quien tenía un continuo ceño fruncido en el rostro.

―Dime, muchacho. ¿Cuándo fue la última vez que has visto a tu hermano? ―preguntó el rubio mientras Chad comenzaba a escribir nuevamente en su libreta.

Debo encontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora