The End Of The Storm

El frío que dejó

Cada que miro a esa ventana helada, el nombre de una y solo una persona pasa en forma de ventisca y entra por debajo de la puerta.
Me llena de culpa saber que mis manos no le dieron suficiente calor, o que mis brazos no le quitaron el frío, o al menos eso siento aún.
La dejé ir, pero... La amaba demasiado; veo que el egoísmo en mí no es muy favorable, la amaba con locura. Esa misma locura le dió demasiado amor... Quién diría que demasiado amor le hace mal a una persona, no lo sabía en realidad, pero... No quería que se fuera, no quería que se apartara de mi lado, tenía miedo, así que le di más amor del que ella podía tolerar, un amor que nadie podría soportar, ella toleró hasta donde pudo... Pero su cuerpo estaba muy herido...así que seguí dándole cariño aunque eso la hiriera más; ella lloraba y tenía miedo, aunque le haya prometido estar ahí siempre... Siempre.
Hoy, la nieve y el frío de allá afuera ya no le hace daño, es más, la ayuda a estar conservada, en mi patio trasero, con elegantes adornos.
A pesar de darle infinito e inmarcesible amor, ella lloraba y se deshacía en sufrimiento... ¿Pero qué más podía yo hacer? Igual ustedes llorarían si estuvieran como ella al ver que no me podrá seguir demostrando su amor, al saber que no puede ni levantar sus manos para acaricarme...
Dicen que el amor puede curarlo todo, pero el cáncer... Ni el de cien vidas pudo, por eso la maté de amor... Pero el cáncer la volvió a matar, y se la llevó y arrebató de mi vida, se evaporó...como la nieve en primavera.