Capítulo 10 - El mejor día de mi vida

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Después de saludar a Karen me encuentro a papá al final del pasillo. Me está llamando.

-¡Kenia! -me grita- ¡Vamos!

-Voy voy -le respondo-.

Cuando llego al final del pasillo, papá me lleva hasta una habitación. Cuando entro, enciendo la luz. Madre mía, hay una tarta gigante y está lleno de enfermeros y médicos. ¡Están aquí para celebrar mi cumpleaños!

-¡Felicidades Kenia! -me dicen a coro-.

Vaya, es el primero de mis cumpleaños en el que hay tantos invitados. Mis papás me han dado una buena sorpresa, desde luego no me lo imaginaba. Estaba Karen, la señora de la cafetería y esa chica tan maja que hay en recepción. ¡Estaban todos!.

-Muchas gracias -les sonrío-.

Ya son las 12, ya me ha hecho la digestión y podré comer más tarta. Todos estaban comiendo un trozo y hablando entre ellos. Se lo estaban pasando muy bien, y desde luego yo también.

Cuando se termina la tarta, papá me dice que cierre los ojos.

-Cuando te diga les abres -me manda-

Espero que sea mi regalo.

-Ábrelos

¿Qué ven mis ojos? Es una caja gigante con un lazito. Haber no es tan grande, pero para ser un regalo si que lo es. ¿Qué habrá dentro? El ansia me reconcomía.

-¡Vaya! -digo- ¿lo abro?

-Claro que sí -dice mamá- para eso es tu regalo.

Lo abro muy rápido. Muy muy rápido. No está muy cerrado, y tiene agujeritos. Cuando lo termino de abrir, veo lo que es. Madre mía.

- ¡Sí sí sí! -chillo- por fin.

Era un perrito. Un pastor alemán de unos 2 años. Llevo queriendo un perro toda mi vida.

-Lo hemos adoptado -me explica mi padre- estaba vagabundeando por la calle y como tu médica nos dijo que te iba a venir bien un perro, pensamos que por qué no cogerle.

-Me encanta -le digo-.

Rápidamente el perrito sale de la caja y viene donde mí. Me está lamiendo toda la cara pero no me importa. La gente de la sala se acerca a acariciarle, es un perrito muy bueno y sociable.

Mi Fiel CompañeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora