Prólogo.

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Primavera, 15 años atrás.

Se pueden observar muchas cosas a grandes alturas, ya sea el paisaje como las acciones de quien se encuentre cerca, y eso fascinaba a Step. La altura no era muy grande, simplemente estaba sentado en el pequeño tobogán del parque, pero eso no importaba, porque él era pequeño y todo a su alrededor era gigante. Desde aquella altura podía observar a todos los niños en el parque: Una niña con pecas y su pelo pelirrojo trenzado reía traviesa al mismo tiempo que se escondía detrás de un árbol; un niño rubio menor que él lloraba desconsoladamente porque se había tropezado y se había raspado sus rodillas; y una niña castaña con los pelos alborotados y sueltos se encontraba discutiendo con un niño mayor que ella. Step se interesó en esta situación, así que apuntó todos sus sentidos para prestar atención a lo que pasaba.

— ¡Ya basta, dámelo!—gritaba la niña y señalaba la muñeca que tenía el chico en la mano.

— ¿O sino qué?— el mayor reía y agitaba la muñeca en el aire— ¿Acaso le dirás a tu mami?— hizo un pequeño énfasis en esa última palabra. La niña comenzó a gritar y a llorar, desesperada por recuperar lo que era suyo.

Step no pudo quedarse de brazos cruzados y se tiró del tobogán para correr a ayudar a la indefensa niñita. No era muy valiente, ni siquiera sabía por qué estaba corriendo hacia ellos, no sabía que iba a hacer.

Y cuando llegó hasta donde se encontraban, se congeló. Su mente se quedó en blanco, tenía apenas 5 años y el niño al que se iba a enfrentar tenía por lo menos 5 años más que él. Observó nuevamente a la niña, vio como sus lágrimas caían por culpa del mayor y eso no le agrado. No sabía cómo, pero debía defenderla.

—Hey, tú—exclamó. No sabía de donde había salido esa repentina valentía, pero no iba a desperdiciarla. El mayor se volteó y lo miró intimidantemente. Step pudo observarlo con claridad por unos momentos. Notó que llevaba la ropa gastada, los zapatos sucios, y el pelo alborotado y lleno de tierra.

— ¿A quién le estás hablando?

—A ti. Deja de molestarla. —señaló a la niña con un movimiento de cabeza, y esta miraba la escena completamente atemorizada.

—Sal de aquí, niñito. No te metas o te golpearé. —se acercó, asustando al pequeño, y luego se volteó nuevamente a su 'presa' mientras reía. Step estaba asustado, pero no podía dejar que siguiera haciendo sufrir a esa inocente niñita. Miró a ambos lados y lo único que se encontró fue la rama de un árbol que estaba tirada en el suelo. No lo pensó dos veces antes de sujetarla bien fuerte con ambas manos y darle con ella al mayor en la cabeza. Este quedo atontado por unos segundos, lo que Step aprovechó para saltar y tomar la muñeca y la mano de la niña y salir corriendo.

— ¡Vuelvan aquí, los mataré!—el mayor se veía muy enfadado.

Step no sabía hacia dónde ir, hasta que vio que su madre llegaba al lugar lista para recogerlo e irse a casa. Lo primero que hizo al verla fue gritar para captar su atención, lo que para su suerte, funcionó. Su madre miró la escena confundida, pero al ver al chico persiguiendo a su pequeño y único hijo, se llenó de furia y fue a agarrar al mayor de la oreja.

— ¿¡Qué crees que estás haciendo, jovencito?!—Le gritó—Deja a mi hijo en paz o buscaré a tus padres.

—L-Lo siento señora, no volverá a pasar—el mayor se zafó del agarre de la mujer y se fue corriendo. Por otro lado, la niña podía ver a su madre llegando al parque y la saludó con la mano para indicarle donde se encontraba. La madre de Step fue a contarle lo que había pasado, mientras los dos niños se quedaban solos allí.

—Gracias por haberme salvado de ese horrible niño—dijo ella con la mirada baja.

—No hay por qué. Lo bueno es que estás bien—sonrió

—Me llamo Lisa, ¿y tú?— la niña lo miró con una sonrisa

—Soy Step—respondió— ¿Quieres ser mi amiga?

—Me encantaría—la pequeña se sonrojo un poco

— ¡Genial!—ambos rieron.

A lo lejos se escuchó a la madre de Lisa. —Vamos querida, tenemos que ir a casa—exclamó.

—Debo irme, ¡adiós!—ella lo saludó con la mano

— ¿Volveremos a vernos?—Step sonó un poco nervioso

—Por supuesto—rió

—Te veo mañana aquí, ¿entonces?

Lisa dio la vuelta y se fue corriendo con su madre mientras gritaba—Sí, ¡Seremos los mejores amigos!

Y así fue.

Just Friends please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora