Capitulo 1

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Me fije  en que no paraba de dar golpecitos con los dedos en la mesa. Tambien  en que su rodilla izquierda no paraba quieta.

Era la tercera vez que la encontraba por casualidad merendando en esa cafeteria. Bueno a decir verdad la primera vez habia sido casualidad,las otras porque no podía quitarme a esa chica de la cabeza.

La observé con disimulo,o eso pensaba yo por aquel entonces.

La chica del café,que era así como la llamaba en mi cabeza, estaba sumergida en su libro sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

Su café como las otras  veces,estaba ya frio e intacto. El donuts que le acompañaba tenía un par de mordisquitos. Era como si al empezar a leer se olvidase de donde estaba y solo pudiese concentrarse en esas páginas.

Pase toda la semana acudiendo a ese cafe a la misma hora para poder verla.

No voy a decir que era la chica más bella que habia visto porque en ese mismo sitio las habia mas guapas. Era bonita. Tenia cara de niña que acavaba en una barbilla ovalada que me hacía perder el sentido común. De vez en cuando sonreía por algo que leía y a los lados  de su boca se descubrían unos oyuelos un tanto curiosos.

No podría describir sus ojos exactamente. No había podido mirarla a los ojos ni una sola vez. Su boca nunca estaba quieta. Si no estaba mordiéndose el labio estaba sonriendo y si no haciendo muecas imperceptibles según lo que leía.

La décima tarde decidí que la hablaría. Salí de casa con el valor y el entusiasmo que te da una  buena ducha.

Valor y entusiasmo que se fueron perdiendo a medida que me iba hacercando.

Cuando llegué me senté en la mesa de siempre, a los cinco minutos ella llegó puntual como siempre. Pidió su café y donuts habituales y se sentó. Esta vez ni suiquiera mordisqueó el postre. Parecia impaciente por sacar el libro.

Yo mientras me debatía entre mi coinciencia que me reprochaba que me moviese de ahí a hablarla y mi corazón que insisitia ennque esperase un poco.

Vi que la quedaban muy pocas páginas, y a medida que se iban acabando el temblor de su rodilla iba aumentando.

 Cuando hubo acabado cerró el libro de tapas duras y se lo apretó contra el pecho. Cerró los ojos un instante a la vez que una lágrima sigilosa resbalaba por su megilla derecha.

Me quedé paralizado,no entendía que podía haber en ese libro para hacerla comportarse de aquella manera.

Sacó un boli, escribió algo en la portada y lo cerró.

Levantó la mirada hacia donde estaba yo y por pirmera vez nos miramos directamente a los ojos. Tenía una mirada que daba la sensación de desnudarte hasta el alma.

Se levantó y empezó a caminar hacia a mí. Yo no sabía que hacer, así que elegí la opccion más fácil. Quedarme ahí pasmado a esperar que pasaba.

Cuando estuvo en mi mesa se sentó y dejó el libro en frente mia.

-Hola, se que llevas diez dias observandome. Se que hoy venias decidido hablarme,se  notaba en tu nerviosismo y en las seis tazas de cafe que te as tomado seguidas. También se que odias el cafe por el gesto que ponias a cada sorbo.  Te regalo el libro. Gracias por haber esperado asta acabarlo sin interrumpirme. Pocos saben que una chica que lee,una chica que lee de verdad  no le gusta que la interrumpan.

Dicho esto se levantó me besó en la megilla y en lo que me pareció una fracción de segundo cogió sus cosas y se fue.

Cuando reaccioné e intenté seguirla comprobé que sería en vano, ella ya se había marchado.

Volví a mi mesa,acaricie las tapas negras del libro y lo único que se me ocurrió pensar, que ahora podría describir sus ojos con todo detalle. Que los retratos con los que había llenado mi habitación por fin tendría una mirada.

ParaidoliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora