[ReiGisa OneShot] Me gustas. (Free!)

Capitulo único

La primera vez que vio a Ryugazaki, Nagisa estaba realmente emocionado con él ya que era muy guapo ante sus expectativas, sabía que si entraba a Iwatobi iba a encontrar chicos guapos, pero no pensó que ese chico, en especial fuera tan para él.

Cada vez que entraba al aula lo miraba, también en plena clase, no podía prestar atención ante la materia porque el alumno más guapo lo distraía con facilidad, o al menos ante sus ojos era el más guapo.

Los días, las semanas, e incluso un par de meses pasaron para poder acercarse a hablarle, y el club de natación era una perfecta oportunidad de ser íntimos amigos, lamentablemente se había enamorado aún más de Rei una vez vio su salto con garrocha, y a pesar de que su personalidad era un poco rara le encantaba aún más porque sentía una conexión de la que su hermana y sus amigas habían hablado cuando estaban en sus días de jóvenes enamoradas.

Finalmente, y como era de esperar, Rei se había unido club de natación de Iwatobi junto con su compañero de Aula; Nagisa Hazuki y sus dos senpai's Haruka Nanase quien lo había flechado con su forma de nadar y Makoto Tachibana un joven sincero y bastante amable hasta para él.

Nagisa se sentía feliz ya que se devolvía con él en tren todas las tardes para su hogar, entablando así una pequeña amistad.

Esa tarde Nagisa estaba emocionado porque su amigo Rei había accedido a comprar helados en la estación, los que a pesar de estar un poco subidos de precio debido a la temporada, compró para ambos.

-Rei-Chan, mira, mira, hay un colgante de pingüino en el mostrador, ¿Crees que lo vendan?- El rubio tomó la muñeca del más alto y lo obligó a ir al mostrador para poder cancelar los helados que habían comprado.

-¿Tienes dinero suficiente para ambos helados? Déjame pagar por el mío.-Sugirió el chico de lentes ignorando por completo la pregunta sobre aquel pingüino, conociendo al más bajo de seguro haría lo imposible por comprarlo u obtenerlo.

-¡Rei-Chan! No seas pesado, te digo que yo puedo costearlo.- Nagisa con una sonrisa miró al

Ojiazul haciéndolo sonrojar de manera leve, obligándolo a caminar más rápido hasta llegar a donde el pingüino, el cual miró con detenimiento.- ¿Lo venden?-Preguntó al cajero quien algo despistado miró al rubio con una sonrisa coqueta.

-Te lo daría si se me fuera permitido.-Respondió el cajero mientras cruzaba sus brazos en el mostrador acercándose al rubio sin pudor alguno.

-¿De verdad? Deberías regalármelo, me encantan los pingüinos...-El rubio sin querer le siguió el juego con un pequeño puchero.

A decir verdad, Nagisa era bueno coqueteando puesto que había aprendido en secundaria ya que siempre llamaba la atención de los chicos de la escuela, sin querer, "obvio".

-Solo queremos pagar estos helados.-Rei interrumpió y por alguna manera estaba irritado, no le molestaba que Nagisa coqueteara con quien se le diera la gana, obvio que no, era solo que le molestaba que el sujeto se le acercara como si nada sabiendo que habían mas personas detrás de ellos. Por supuesto.

El cajero con una ceja levantada expresando cierta confusión ante la interrupción, atendió al chico de lentes con algo de altanería, haciéndolo enfadar un poco más, pero conociendo los modales de Ryugazaki, era imposible que le dijera algo.

-¡Quiero el pingüino!-Dijo Hazuki sacándolo del lugar donde estaba colgado y dejándolo a disposición del cajero para que lo efectuara como compra, y este al pasarlo por la maquina le dio una suma la cual el rubio no podía pagar ya que los helados estaban muy caros.-¡Mierda!- exclamó. -No puedo pagarlo...- Se avergonzó un poco luego de haber hecho ese berrinche impulsivo por un juguete, revisó un par de veces su billetera pero no fue hallado la cantidad para ello.