Amigos(5/5)

559 25 1
                                    

Han pasado once días desde que Dean no llevaba una chica a la casa, últimamente prefería más estar contigo. Te vio sentada en la cama mientras veías esas fotografías. Se acercó y cerró la puerta, aunque vivían solos...

-¿Qué haces, pequeña?-preguntó viendo la fotografías en la cama. Siempre te decía así
-Encontré esto-
-Oyee...tienes cuando fuimos a la feria, cuando nos graduamos de la preparatoria..tienes cuando se caso mi hermana, de mi cumpleaños. De tu cumpleaños, cuando salimos a pasear ¿Cómo has conseguido todo esto?-
-Me gustan los recuerdos, amigo-sonreíste. El parecía fascinado
-Que bueno que los guardes...-
-Mira, algún día tomaremos caminos diferentes y quiero llevarme estos recuerdos...-dijiste con cierto dolor en tus palabras. No ibas a tomar un camino diferente, no sin él.
-No...-dijo en voz baja. Lo miraste unos segundos, tenía una mirada melancólica ¿Será que él también lo sentía?
-¿No?-
-No hagas nada...lejos de mí-
-Pero...-

Ni siquiera te dejó terminar la frase, pues te tomó de la nuca y unieron sus labios en un apasionado beso. Sus labios se movieron sobre los tuyos, su lengua entró dentro de tu boca haciendo que el beso fuera más apasionado, más caliente y con deseo de nunca separarse.
No podías creerlo, te estaba besando y lo estas permitiendo. Que rayos, era lo que querías y no querías soltarlo, tu primer impulso fue empujarlo para quedar encima de su cuerpo, te pusiste a horcajadas en su regazo mientras sus dedos se hincaban en tus caderas. A falta de aire se separaron peor sus labios rozaron los tuyos, finos, suaves, con hambre de ti...

-No quiero que tomemos caminos separados-presionó sus labios en la camisura de tu boca-Quiero que sigamos el mismo camino-
-También yo...-

Sus labios volvieron a presionarse en los tuyos, sus dedos fueron deslizándose por u espalda subiendo la blusa que llevabas puesta hasta quitártela y dejarla a un lado. Sus manos acariciaron tus hombros llevando hacía abajo los tirantes de tu sostén,pero rebotando a causa del broche.
Gruñó bajo ante su intento fallido. Te abrazó con un brazo y te recostó en la cama, entre las dos almohadas y se quitó la camisa dejándola a un lado, su piel era suave y caliente, así como él. Siempre habías sentido el deseo así que lo hiciste, pasase las manos por sus pectorales, las yemas de tus dedos pasaban por esa anatomía perfectamente moldeada, su abdomen estaba marcado. Eso te gustaba, eso siempre quisiste saber y ver, tomó tu mano y la deslizó hacía el lugar donde estaba su corazón. Palpitaba con fuerza como si fuese un tambor.

-Siéntelo, cariño...porqué esto es real-

De nueva cuenta volvió a irse encima de ti, sus labios viajaron hasta tu cuello dejando un caminito de besos hasta llegar a tus pechos, como todo un experto los masajeo con cuidado y los besó mientras te aferrabas a su espalda, sus jadeos aumentaron cuando clavabas tus uñas en su espalda.
Como un juego masoquita, eso le estaba gustando. Te quitó el sostén y fue hasta abajo, sus labios rozaron tu piel y la humedecía, hasta llega a tu pantalón el cual quitó y te dejó en bragas. Tomó ls bragas con sus dientes y las quitó, se lamió dos dedos y con cuidado los introdujo en tu canal vaginal. Movió de adentro a afuera, pulsando una y otra vez, consiguiendo un calor en tu interior y que estallaras en un orgasmo seguido de un grito placentero.
Se quitó el pantalón junto con todo y te abrió las piernas, antes se puso el preservativo y le rodeaste la cintura con tus piernas, fue entrando de poco a poco hasta llegar hasta el fondo.
Comenzaste a gemir y él a jadear y cuando se movía en un lento vaivén, sentías que estabas en el mismo paraíso.
Te abrazó la cintura mientras te elevaba dejando tu espalda al aire, tus piernas se estaban acalambrando de nuevo, avisando la otra llegada el orgasmo.

-Así, nena, disfrútalo-dijo en una voz sensualmente ronca. Si 'l seguía hablando seguramente sería peor.

Ahora, sus embestidas se hicieron más rápidas y violentas, sentías sus bolas cargadas de semen golpearte en las nalgas una y otra vez, mientras te aferrabas a las sábanas. Sus gemidos aumentaron, tus gemidos aumentaron.
Gruño alto y después bajo, unas embestidas más y se corrió dentro del preservativo. Sus piernas le temblaron, . Con cuidado se dejó caer encima de ti apoyándose con sus codos y te besó en los labios.

-No quiero ser una más e tu lista-
-No-negó divertido-Te amo, eres mi lista completa-
-Empieza nuestra camino juntos...te amo-le dijiste y tomaste su rostro entre tus manos volviéndolo a besar como esa primera vez

Imagines De Dean AmbroseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora