Schicksal

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 − Señor, por favor dales paz eterna... deja a la última luz brillar sobre ellos.

(murmuros)

− Hey, por que el funeral del presidente fue retrasado hasta ahora.

− Escuche que encontraron el cuerpo hasta ahora.

− ¿entonces como es que murió?

− Muerte accidental.

Mientras escuchaba a los otros jóvenes murmurar el sonreía, sentado al fondo de la iglesia con su uniforme blanco, el cabello negro y largo, y eso grandes ojos castaños casi rojizos, rodeado de su sequito de protectores.

−Escuche que el cuerpo estaba reducido hasta los huesos.

− ¿Qué?- dijo para sí mismo el chico rubio que escuchaba las murmuraciones.

−... Espero que descanse en paz− dijo el sacerdote que dirigía el funeral.

− Amen − se escucho como pronunciaba el maestro a lado del sacerdote.

...

Han sido doce horas desde que deje Japón, y el viaje en tren tomo cuatro horas y media más. Ah... "tío piernas largas".

−... Qué escuela tan grande...− se dijo a si mismo mientras pensaba que realmente se sentía en un país foráneo mientras cargaba su pesada maleta.

Escucho unas pisadas a su espalda y volteo para ver a dos chicos corriendo, uno de cabello negro que le llevaba ventaja al otro de cabello rubio.

− ¡Hey espérame!... dijo el que iba más atrás.

−Apúrate, el juego va a terminar pronto. Le contesto

− ¡Quiero renunciar! − dijo nuevamente un poco agitado.

...¿juego? − pensé para mí mismo.

El chico de cabello negro todo la mano del rubio mientras le decía − ¡No bromees, Apúrate!

− ¡Por que siempre eres tan demandante! − Le contesto el rubio mientras se alejaban.

Me perdí en mis pensamientos mientras los veía alejarse tomados de la mano, cuando de repente escuche a mis espaldas. − ¿Es ese el estudiante transferido?

Di un sobresalto al escuchar eso.

− ¡Ah! Realmente lo es, aun está sosteniendo su equipaje.

− ¿Dónde? ¿Dónde?

− ¡Se escapo!

− ¿Escapo?

− ¡Y tan rápido!

...

Corrí hasta llevar a la parte trasera de un edificio donde no había nada más que arboles

"Estudiante transferido" normalmente atrae la atención. − ¿Qué debería hacer?... escape de nuevo.

Voltee a verme al espejo y lo note. − ¡Ah, olvide ponerme mis anteojos!

Si esto sigue así, nada va a cambiar. Ya deje al aburrido Japón atrás, para venir al mundo exterior.

− ¿Qué estás haciendo aquí?

¿Qué? ¿Hay alguien aquí? ¿Sobre mi? Subí la vista para toparme con un chico que estaba sentado en l rama de un árbol sosteniendo una manzana. Tenía el cabello rubio, la piel blanca, con los ojos grises y las facciones muy finas, que no pude evitar que pasara por mi mente que el lucia como un muñeco de porcelana.

BirdcageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora