Red Velvet

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Se fue, simplemente se fue, una mañana se despidió de mí y no se a donde fue, o porque lo hizo, simplemente ya no volvió del trabajo como todos los días, ya no había ninguna de sus cosas en la habitación, ya no había nada de ella, se fue.

No soy tonto, últimamente la veía lejana, perdida, asustada, y me engañé, quise creerle que todo estaba bien, que solo eran dilemas del trabajo, hacía tiempo que me miraba con melancolía, con dolor, me iba a dejar y no quise creerlo, no quise ver la decepción en sus ojos, no quise aceptarlo, no quise aceptar que fracasé con ella, no otra vez, y mucho menos con la persona que más amo en este mundo.

De que me sirve llorar ahora, de que me sirve decirle a las paredes que la amo si ella ya no está aquí, si ella me dejó, me dejó en esta casa vacía y a la vez llena de recuerdos, llena de ella.

La vida nunca me había sonreído, y pensé que al llegar ella todo cambiaria, todo lo malo dejaría de sucederme a mí, por una vez podría ser feliz a su lado, pero nada es para siempre y la felicidad no se hizo para personas como yo.

Vuelve a pasar, pero esta vez es mucho peor, no son solo un par de ojos verdes en un recuerdo borroso de una chica pelirroja, no son unas grandes curvas de mujer difuminadas con el paso del tiempo, no es solo un amor de juventud desgastado con el pasar de los años, no es solo el color verde como única realidad presente de un recuerdo casi inexistente, no, es el aroma a lavanda y vainilla, unos labios llenos y rojos desgastados de un lado por morderlos constantemente, es el cabello maravillosamente desastroso como un hermoso arbusto salvaje, es la piel bronceada y delicada, son las pequeñas pecas dispersas por su nariz, es las noches eternas de lectura, los días de pociones, es los martes de comida chatarra y esa cosa muggle feliculas, policulas o como se diga, es esos ojos caramelo que hacen que quiera morir viéndolos, es ella, el amor de mi vida, mi todo.

Me duele tanto recordarla, me duele tanto saber que no fui lo suficiente para ella, que mi sarcasmo, mi frialdad, mi humor terminaron por decepcionarla, no hay nada peor que ver en los ojos de la persona que amas la más profunda decepción hacia ti, es lo que vi en ella antes de irse, es lo último que vi antes de que partiera esa mañana, esa desastrosa mañana.

Ya fue mucho de lamentaciones, quien me viera en este momento no me reconocería, no vería en mi al frio profesor de pociones de Hogwarts, al estricto jefe de pociones del ministerio, ya basta de lamentaciones , tengo que ponerle punto final a esto, tengo que buscarla. Que me diga de una vez por todas que me odia, que ya no desea saber nada de mí, que me ha dejado de amar, así podre finalmente desengañarme y dejar de pensar en los miles de motivos por los cuales ella se fue, que me diga de una vez por todas para poder sumirme en mi maldita miseria en paz, dejar de compadecerme por fin.

Se en dónde está, se sus horarios, se sus lugares favoritos, así que sin pensarlo me dirijo a la cafetería muggle que encontramos en uno de nuestros paseos, le encanta el pastel de Red Velvet y solo lo sirven los miércoles y ahí está, con ese traje del ministerio y un gran trozo de pastel en un plato, estoy a punto de acercarme y decirle todo lo que llevo guardado desde que se fue pero algo me detiene, ese chico alto de ojos azules, ahora sé porque se fue.

Adiós Mi Hermione, Adiós mi Sabelotodo.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2016 ⏰

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