He caído innumerables veces, y aun así, en cada una de ellas he sabido como levantarme.
He llorado hasta quedarme sin lagrimas y aun así, no he olvidado como sonreír.
Me han hecho daño hasta llegar a sentir el corazón roto en pedacitos, pero luego he reconocido que eran simples arañazos.
He callado cosas por miedo hacer daño a alguien, y al final, me han hecho daño sin importarles nada.
Y a pesar de todo se sigue con la ayuda de Dios adelante, sin importar cuantas veces, te vas a levantar.