Maracas.

Parte 1 Sin Título

Bien, no es lo mejor que he escrito, pero me ha gustado xD Y bueno, al fin lo escribí llevo desde que capturaron esta última vez al Chapo queriéndolo escribir pero no me había dado tiempo xDDD

La canción es de Joan Sebastian y Alberto Vazquez.

Sin más que agregar las dejo leer :3

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Hubo una vez en un pueblito de Colorado dos chicos que en su juventud le llevaban serenata a un chico de bellos cabellos rojos, de carácter fuerte pero dulce y de trasero de campeonato.

Con el paso de los años estos dos chicos debieron separarse, uno quedándose en Colorado y el otro yendo a estudiar a Los Ángeles. Pero llegado el momento el tiempo se encargó de juntarlos.

Ambos chicos eran parecidos, cabello negro, ojos azules y que decían mucho más de lo que sus bocas expresaban, altos, guapos. La diferencia es que uno era serio y tranquilo, el otro extrovertido y fiestero.

Caminando por las calles de su pueblito natal, mirando todo y sonriendo con nostalgia. Extrañaba tanto ese nido de locos, le traían tantos recuerdos que lo distraían del camino provocando que chocara con la persona que iba caminando en el sentido contrario al de él. El impacto no fue fuerte, pero si lo hizo perder el equilibrio y cuando pudo recobrarlo vio a su compañero de juerga en aquellos años cuando tenían dieciséis...

– ¿Craig? –pregunto con una sonrisa.

–No mames... ¿Stan? –Sonrió ligeramente– Hace tiempo que no te veía...

–Pues acabo de regresar, iba camino a la casa de mis padres.

-Oye amigo ven, te invito una copa
-no, ya no tomo
-Bien si no tomas pues te invito un café

-Bueno

-Te quiero recordar la época loca
de ayer cuando teníamos dieciséis...

– ¿Tienes tiempo para una copa? –Preguntó Craig– Acaban de abrir un nuevo bar, fui la semana pasada con Clyde y Token.

–Eh... Pues realmente ya no tomo, estoy jurado –dijo sonriendo algo avergonzado.

–Que marica –expreso soltando una risa– pues la cafetería de los Tweak está cerca, vamos. Yo invito.

– ¿Puedo pedir mi deseo? –preguntó con los ojos brillantes.

–No seas imbécil y camina –rió mientras golpeaba amistosamente su hombro– es sólo porque estoy de buenas. Vamos a rememorar aquellos tiempos de locura

–Me parece bien –sonrió.

Y así ambos fueron a la cafetería de los Tweak, donde un rubio despeinado y de ojos verdes sonrió al verlos entrar.

– ¡GAH! S-Stan Marsh, cuanto tiempo viejo –dijo saliendo de detrás del mostrador y yendo a abrazar a Craig.

Stan silbo.

– ¡Ándale! ¿Ustedes siguen juntos? –Preguntó sonriente mientras Tweek los guiaba a la mesa– Con razón vas a invitarme el café, bastardo.

–Pues que te digo Stan, Tweek es el amor de mi vida, no podría dejarlo ni aunque me pagaran –el aludido se sonrojo, tomo el pedido de Stan y les aseguro que estarían listos pronto. Que el café que siempre preparaba para Craig ya casi estaba.

Siguieron platicando sobre el romance de Craig y Tweek y se enteró que pronto iban a casarse, después de diez años de noviazgo.

-Bien dime que ha pasado con tu esposa