Matando a un ángel

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Sus ojos se ven perdidos. Aquellas heridas parecen manchas en su piel. Su boca se tuerce reusandose a pronunciar palabras hermosas.

Me pregunto si podre llorar, ya que sus ojos llenas de algo invisible apenas pueden ver que estoy aquí. Empiezo a quebrarme pero de alguna forma me siento culpable y apartó mi mirada.

Siento culpa, y de alguna forma me siento sucia por pensarlo. Su respiración es corta, y le cuesta mucho dar un suspiro. Sus ojos invisibles se cierran y temo que sea la ultima vez que los abra.

Me siento sola, y aquello es un sentimiento muy egoísta.

En el silencio, ella grita porque su boca no quiere soltar palabra alguna. Sus ojos de cristal parecen romperse, y las heridas se hacen más permanentes.

Quiero decirle lo mucho que la quiero, porque para cuando estas palabras tengan sentido, ella ya no estará en este mundo.

Me reuso a pensarlo, pero la realidad esta tocando la puerta. La muerte me ha quitado hace pocos años lo que más amaba...y un golpe más sería el fin. Ella mira al cielo, y su rostro se ve muy triste.

Hoy he gritado palabras hirientes, palabras de sangre. Su piel parece papel arrugado, y de alguna forma puedo sentir que aquellas palabras la han destrozado.

Ella llora queriendo acabar con todo.

Ella sonríe, y su sonrisa se ve hermosa.

La amo, la amo muchísimo.

Pero eso no es suficiente.

Sus ojos de vidrio se rompen, y para ese instante también me he roto. Dios ha matado a un ángel.

Un ángel de papel y heridas.

Pensamientos de una DesesperacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora