ONE SHOT

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Yesung se arrimó al marco de la puerta del baño, secando sus caballos negros con esa toalla de color Marfil que era su favorita, tenía una sonrisa evidente en su rostro, pero como no tenerla al tal retrato en vivo que admiraba.

Su esposo se encontraba ya descansando en la cama, con sólo una lámpara prendida que iluminaba parte de la habitación, concentrado leía ese cuento que sabía que era su favorito desde que lo conoció, lo leía con una suave voz al gran vientre que se asomaba en su cuerpo.

Ni en sus más profundos sueños, había imaginado viviendo esa hermosa etapa de espera, su hijo había sido un milagro y uno muy grande.

Llevaba con su hermoso esposo casado 5 años, cuando cumplieron 2 años habían decido agrandar la familia llevándose la sorpresa meses después de que el pequeño no podía tener hijos.

Estaban desbastados.

Su pequeño castaño vivía del dolor y de la tristeza, había dejado hasta de comer, ya no sonreía como antes, ni tampoco tenía ese brillo que solo él podía radiar, lo escuchaba llorar todas la noches y aunque el trataba por todos los medios quitarle esa agonía, simplemente no podía.

Pero nunca iba olvidar el día que su corazón toco fondo, cuando Ryeowook sin mirarle a los ojos le estaba pidiendo el divorcio, con la única excusa que tenía era un...

- No puedo darte hijos.- con su voz entrecortada.

Ese día lo tomo entre sus brazos, y le hizo el amor como si fuera la primera vez; transmitiéndole todo lo que él le hacía sentir, el divorcio no era la solución <<¿Por qué dos personas que se aman debían separarse?>> había sido sus pensamientos

Entonces había decidido que tenían que recibir terapia, él no estaba solo, debía hacerle saber que lo tenía a pesar de todo, al principio fue difícil, a el amor de su vida le habían diagnosticado depresión "moderada" y a su vez inicios de anorexia, su matrimonio estaba pasando por tiempos difíciles, y su única meta era salir juntos de esto.

Un año y medio duro la terapia, durante ese tiempo pudo ver como su adorado esposo volvía a ser el, como sus cachetes volvían a tomar forma, su sonrisa volvía ser sincera, como sus ojos transmitían alegría, hasta el sarcasmo de su castaño daba vida a su hogar.

Ryeowook volvía hacer el.

Hubo veces que incluso hablaron de la opción de adoptar, no parecía tan mala idea darle un pequeño o una pequeña un hogar lleno de amor para crecer, pero a su vez le había ofrecido al de piernas ligeramente regordetas tener un segunda luna de miel en Mahalo como celebración de esta etapa superada en su vidas, prometiéndole que al volver de su largo viaje de un mes, comenzarían a instruirse sobre la adopción.

Hablar de aquella segunda de miel sería otra historia que contar, porque relatar que no hicieron durante un mes, sería un poco difícil, podría decir que en las playas de Mahalo no estuvieron más de unas 8 veces.

Pero me lo hizo pensar que lo más increíble de los milagros es que ocurren.

Ya que después de mes y medio de haber regresado a la vida misma en Seúl, vio al hombre que adoraba temblando al entregarle un papel cuando llegaba a casa.

Aquel papel era un prueba de embarazo que su resultado decía claramente un POSITIVO, en letras muy grandes.

Entonces supo en ese instante que la prueba que Dios nos había mandado era superada, dándonos la recompensa más grande de todos, que era concebir.


- "No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos".- me adelante hablar aquella frase que me sabía de memoria, y a su vez donde Ryeowook iba por el cuento.

- ¿Hace mucho que estas parado ahí?.- me pregunto sonrojado bajando el libro.

Asentí.

- Estoy seguro que va ser su libro favorito.- comencé a caminar hacia él.

- ¿Lo crees Wonnie? ¿Enserio lo crees?.- sus ojos brillaban mientras sobaba a nuestro pequeño.

- Acaso mi amor, ¿tienes dudas?.- bromee.- Ryeowook el techo de su cuarto está pintado por estrellas y el asteroide b612, la forma de la lámpara es de una avioneta, hay un rosa artificial protegida por un biombo, le compraste un trajecito del principito y en su cuna reposa un zorro de peluche.- me acosté a su lado para poder sentir como el pequeño se movía por ratos.

Ryeowook solo río fuerte.

- ¿ Qué te dijo el doctor?.- pregunte enseguida al notar que cuando termino de reír, cerró los ojos fuertemente respirando profundo.

- Que cuando las contracciones se vuelvan continuas con un lapso de entre 7 a 10 minutos, vayamos al hospital.- capte el mensaje de inmediato

Ryeowook ese día desde la tarde había comenzado con dolores ligeros en las caderas que poco a poco se identificaban más, estaba entrando en trabajo de parto.

- Entonces podremos dormir un poco antes de la gran llegada.- fue más una afirmación que una pregunta.

- Eso no fue lo que el principito me dijo...- me contesto con cierto todo de dolor.- Aghh Jongwoon esa fue fuerte.- apretó mi mano.

Gire a ver el reloj de la mesa dormir.

- 6 minutos.- me respondí al darme cuenta del lapso de la contracciones.- ¡OH MIERDA 6 MINUTOS! ¡RYEOWOOK NOS VAMOS AL HOSPITAL!.- me levante frenéticamente al darme cuenta que había entrado a la recta final de este travesía.

Quizás no había viajo a áfrica cruzando el desierto, pero estaba seguro que esa noche podría comunicarle al aviador, que ese niño había llegado hacía mí y estaba dispuesto a contestar todas sus preguntas. 

Lo que el principito me dijo... - One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora