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Mi noche es básicamente, porno, no por mi si no por mi estúpido vecino, Zack Adams. Estoy acostumbrada a escuchar todo tipo de... sonidos provenientes de la habitación de Zack, que por mi desgracia está a unos tres metros de la mía y las paredes son muy delgadas, cuando éramos niños era divertido tener a tu mejor amigo así de cerca, pero ahora es una pesadilla. Sí, el perro pulguiento es mi mejor amigo; Pero bueno, tengo mis tapone para oídos, disculpen, tenia. No sé dónde chungas están y mi noche fue una mierda, tuve que ir a la sala a las tres y media de la madrugada, y ni así logre dormir. Maldito Adams

Para mis padres, en especial mi madre, él es un pan de Dios, lo quiere igual o más que a mí, ella ama que sea mi mejor amigo aunque no pierde la esperanza de que seamos algo más. Pero, eso JAMAS

Zack nunca llega a la primera hora cuando tiene ¨una buena noche¨ y al parecer anoche fue... más que buena, el chico no apareció hasta la tercera, pero tiene cierta ¨amistad¨ con la secretaria, por lo que nunca reporta sus tardanzas. Después de clases él llega a mi casa para buscar los apuntes de las primeras horas.

Mi habitación no es grande, pero tampoco pequeña. Es perfecta

El sueño acumulado me pidió cabida, y se lo di. Me recosté en la cama para abrazar al bello Morfeo.

Sentí cuatro golpes en la puerta, es mi madre, ella siempre toca cuatro veces pero también sé a qué viene. De mala gana me levante y tome el libro de química y la libreta de biología, Salí de la habitación, entre a la sala y me encontré a Zack acostado en MI sofá, comiendo MIS cereales, este idiota. Le lance el libro en el pecho y la libreta al rostro

- Nena, con amor, golpeaste mi rostro – se quejó con arrogancia. Lo ignore, le arrebate mis cereales y me gire, pero antes de empezar a caminar, él me halo por la cadera haciéndome caer a sus piernas – ¿porque tan agresiva hermosa? – susurro enterrando la cabeza en mi cuello, había olvidado decirlo, aunque jamás he sido ni seré parte de su lista de ligues él siempre está coqueteando conmigo, le di un fuerte codazo y me levante, le iba a dar una patada pero mi mamá me agarro

- ¡CARTER! – me regaño – déjalo en paz – le entrego un vaso con zumo de naranjas – y ayúdalo con la tarea

¡Por Dios! ¡Esa mujer me enloquece! Pero ni loca lo ayudo, el perro tiene cerebro, lo puede usar, además siempre puede usar sus encantos y obtener un 9.5 con facilidad. Entre a mi habitación y volví a recostarme, esta vez logre dormir.

En el fondo de mi mente, escuche el irritable ruido del juego favorito de Zack: Geometry Dash.

- Largo de aquí, perro – le dije lanzándole la almohada

- Quiero jugar un rato con mi mejor amiga – hizo un mohín, que me hizo sonreír - vamos Carter no seas gruñona

Asentí y me senté sobre la almohada, él saco un tablero de parques y empezamos

- Vamos a apostar, el que gane dos de tres partidas... - se quedó pensando – si yo gano tienes que besarme y si tu ganas...

- Si yo gano tu dejas tus faenas por una semana... y nada de besos, ¡iugh! Zack, me puedes pegar algo.

El acepto con una mirada turbia, puso las fichitas y empezamos

- Zack, ¿puedo confiar en ti? – le pregunte, se que si puedo hacerlo, pero esto es serio, lo necesito concentrado

- Claro que sí, ¿qué pasa? – me pregunto con preocupación

- Me gusta un chico, Tyler Smith, y tú eres chico... que piensas de él, que sabes – hable mirando al tablero de parques, no soy capaz de verlo a la cara, él es mi confidente, sabe todo sobre mi, cuando me ha gustado alguien él me ha ayudado, pero hoy, estoy arrepentida, alce la vista y tiene la mandíbula tiesa y me mira... mal

CUIDADO CON EL PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora