Un blanco invierno

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Invierno, frío, nieve, amor; era lo que se me ocurría al pensar en él, en como buscaba el amor desde hace años y lo hallé, aunque no haya sido la época propicia para hacerlo...

El amor es algo loco, siempre lo he querido encontrar,lo desee a cada estrella que veía, en cada cumpleaños, pero lo único que encontré fue guerra, sí, los temores de muchas personas se hicieron realidad, la tercera guerra mundial había llegado, y con ella se fue todos aquellos deseos que quería, ahora incluso me parecían patéticos, habían cosas más importantes que esa, como evitar morir, como evitar que los demás murieran, como salvar a todas las personas que podamos...

Mi vida como combatiente no había cambiado nada en los últimos cuatro años, lo único que había cambiado era el uniforme, me hubiera gustado ser una empresaria cuando era más joven, pero esas profesiones no eran fáciles en estos tiempos, y sabía que tenía un motivo para salir cada mañana al campo de batalla, donde nuestros superiores nos hacían la vida imposible, y esto era para salvar a otros, había dejado de importarme mi propia vida hace poco tiempo, todos lo hacían a cierto punto... cuando tu vida salva a otras miles te deja de importar...

Pero esa mañana fue diferente, era invierno, mi estación favorita, la única en la cual veía un poco de esperanza; el verano me derrumbaba todos los días, el otoño me hacia sentir triste, la primavera no alegraba mi ser..., pero el invierno lo hacía, el blanco perfecto se dislumbrava en esta época del año, igual que mi corazón...

Un corazón que no había sabido que todavía tenía hasta que llegó, aquella tarde vendría nuevos regimientos de otros países para ayudarnos a convatir, si bien la idea estaba desapercibida por todos los combatientes, por lo menos era esperanzadora para los de mayor rango, yo jamás iba a durar tanto como para llegar a ser uno, pero me encantaba estar al nivel de los demás, era reconfortante encontrar a más personas como tú antes de morir, aunque tengas esa pena de no haberla conocido en tiempos mejores a la cual también llamabamos nuestra antigua vida...

Las raciones del ejército no eran lo mejor, todos lo sabían, pero tenía las proteínas suficientes como para mantenernos con vida, luego de almorzar nos hacían correr alrededor de todo el campo; era agotador, a veces pensaba que de todo lo que haciamos eso era lo peor, pero no podía hacer nada contra eso...

Mi única salida de todo esto era estar junto con mi compañia, todos eran muy buenos y comprensivos; pero a la vez valientes y feroces; dentro de mi círculo de amigos habían muchos hombres, solo éramos dos mujeres, Gabriela y yo, era una gran ventaja tener una amiga; si bien nos habían enseñado que el trabajo en equipo era importante para mantenernos vivos; no estaba de más tenerla...

A ella le gustaba el comandante Witterford, un hombre alto y curpulento, creo que todos se habían dado cuenta por como trataba de impresionarlo cada vez que pasaba por su lugar, nunca comprendí el porque, pero sin embargo sabía que él no mostraba sus sentimientos, aunque ella lo hacía demasiado...

- Oye, crees que le gusto?- dijo Gabriela tratando de no sonrojarse
- La verdad creo que está más metido en la siguiente batalla
- Yo solo...
- Lo sé, pero sabes que no son tiempos para pensar en eso
- Entiendo

Al terminar de comer nos formaron en filas rectas en las que terminabamos viendo hacia las tiendas de campaña, a lo lejos se podía divisar al alto mando dandoa algunas palabras a unos extranjeros, luego de eso caminaron hacia nosotros y empezaron a llamar nombres de la lista que le habían dado, cada hambre se sumaba a un equipo, el que nos tocó no era muy alto, tenía el pelo marrón oscuro y no era muy alto; pero aún así era muy apuesto...

La reunión de todos los regimientos acabó luego de que la lista terminara, todos nos dispersamos hasta llegar a nuestras tiendas, yo la compartía con Gabriela al ser la únicas mujeres, ella era muy diferente a mí, ella nunca perdió la esperanza, yo prefería morir...

Nos acostamos cada una mirando hacia el reflejo e la Luna, jamás descubrimos como se llamaba aquel soldado, probablemente mañana lo sabríamos, estabamos a punto de dormir cuando vimos que alguien seguía afuera, creo que estaba cantando porque se escuchaba el susurro de su voz, Gabriela quizo ir, pero la detuve, si en caso solo era una distracción para un ataque ella tendría más posibilidades de vivir que yo, al fin y al cabo tdatar de impresionar al general había funcionado...

Al salir me di cuenta que era el chico nuevo, no sabía si caminar o no hacia él, pero aquella música me parecía tan familiar, creo que era una de las muchas que solía bailar en el colegio, trataba de volver de nuevo cuando él me habló, felizmente yo no fui la que empezó con esto, estoy segura que solo lo habría asustado

- La música es relajante, no???
- Me hablas a mi???- le respondí
- No veo a nadie más en este cuartel
- Supongo que sí, no???
- Por supuesto, mi padre solía ser músico hasta que todo esto comenzó
- Qué la pasó???
- Huyo, es lo único que supe sobre él
- Lo siento
- No, no lo sientas, está bien, el final nunca...- trató de decir hasta que el general nos interrumpió, yo estaba tan nerviosa que dejé que él respondiera todas las preguntas que se venían... esto no le habría gustado a Gabriela, en nada

- Ustedes dos, qué hacen aquí??? -gritó el general
- Solo estábamos hablando
- Así que solo estaban hablando, ¿ no?, digánme de qué hablaban? Les recuerdo que está prohibido hablar sobre cualquier cosa desde que el entrenamiento termina
- Sí, pero...
- Lo sabía, aceptar mujeres aquí no sería bueno, solo distraen a los verdaderos soldados
- Usted no tiene derecho a hablar así delante de una!!! - gritó él

No me había dado cuenta que estaba llorando, todo el esfuerzo que había demostrado no era para nada, entendí esa noce por qué nunca nos gritó como a los otros, por qué nos miraba repulsivamente y por qué iba ser la que moriría primero
- Como se llama ???
- Marco, me llamo Marco
- Bien, Marco, mañana no comerá en todo el día y correrá una hora más, así aprenderá a no comtestar a un general
- Esta bien....
- Todavía no he terminado!!!- gritó- ella te acompañará
- Entiendo...
- Ahora vayánse, no quiero que hablen durante toda la siguiente semana, con nadie, entienden???
- Sí, general

Corrí hacia mi tienda, había ganado un castigo por toda una semana, Gabriela había escuchado todo, pero no se atrevía a hablarme luego de todo lo que dijo el comandante; nunca entendí por qué le gustaba, a mí me parecía sádico; era muy diferente a Marco, me pareció un hombre dulce...

Genial... ahora tendría que pensar sobre eso durante toda la semana...

Había promerido no hacerlo, no, él jamás supo mi nombre y era lo mejor, cuando uno sabe que va a morir prefiere no dejar tantas huellas en la vida de otros, sabía como terminaría, probablemente estaría representada en una estatua del soldado desconocido, en las que no solo estaba yo, sino todos los combatientes del país; otra cosa que era patética pero tenía sentido, no éramos iguales, eso es cierto, pero nos unía una causa que era la libertad, no solo para el pueblo, sino la de nosotros mismos...

Al poco rato vi que alguien se arrastaba hacia mi parte de la tienda, me estaba asustando, agarré la primera cosa que vi y estaba a punto de golpearlo, y lo hice, pero me di cuenta que lo que había agarrado era una almohada y a quien estaba golpeando era a Marco, el culpable de mi castigo de una semana...

No podía hablar, ninguno de los dos, así que se rió cuando lo golpeé con mi almohada y luego hizo un gesto con la mano que indicaba que lo vea; luego de eso escribió en la tierra con uno de sus dedos...

- Cómo te llamas???
- Winter

Luego de eso salió corriendo, creo que escuchó al general salir, no, estaban revisando las carpas, lo hacían cada noche, pero esta fue especial, quién diría que conociera a alguien así, a pesar de que lo conocí por algunas cuantas horas y le hablé solo por cinco minutos, algo me decía que confiara, y lo hice...

Marco... era un bonito nombre, dulce, igual que él; tendría que pasar horas junto a Marco, así que tendría que conocerlo de todas maneras, lo iba hacer aunque tratara de evitarlo, así que simplemente tendría que esperar unas horas antes de que hablara con él, y ciertamente lo haría, de una u otra forma, quizá escribiría en el suelo, o le haría gestos, pero necesitaba hablarle otra vez...

Solo quería dejar huella a una persona, y ya había elegido a esta... pues esta era Marco... y él probablemente dejaría otra en mí...

No se olviden de comentar o poner una estrellita, pliisssss.... comentarios aceptados ;) ;) ;)

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2016 ⏰

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