Se sufre demasiado por amor, ésa es la verdad. Incluso los que se vanaglorian de estar perfectamente acoplados a su pareja, en lo más recóndito de su ser aveces albergan dudas, inseguridades o pequeños miedos anticipatorios respecto a su futuro afectivo. Nunca se sabe... ¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivocada, por sentir un bajón en el deseo o simplemente por la caricia que nunca llegó? No hay nada más hipersensible que el amor, nada más arrebatador, nada más vital. Renunciar a él es vivir menos o no vivir.
El amor es múltiple. La experiencia afectiva está conformada por un conjunto de variables que se entrelazan de manera compleja. Sin lugar a dudas, sentir el amor es más fácil que explicarlo porque nadie nos ha educado para amar y ser amados, al menos de manera explícita. El afecto, en casi todas sus formas nos embiste y trasciende. Se me dirá que el amor no es para "entenderlo" si no para sentirlo y disfrutarlo y que el romanticismo no soporta ningún tipo de lógica: nada más erróneo. La actitud sentimentalista, además de ingenua, es peligrosa ya que una de las principales causas del "mal de amores" nace precisamente de las creencias irracionales y poco realistas que hemos elaborado sobre el afecto a lo largo de nuestra vida. Las concepciones erróneas del amor son una de las principales fuentes de sufrimiento afectivo. ¿Racionalizar el amor?: así es, no demasiado, solamente lo necesario para no intoxicarnos. Amor deseado (principio del placer) y amor pensando (principio de realidad), lo uno y lo otro, razón y emoción en cantidades adecuadas. Al amor No sólo hay que les gusta degustarlo sino incorporarlo a nuestro sistema de creencias y valores. Se trata de incrementar el "cociente amoroso" y ligar el corazón a la mente de tal manera que podamos canalizar saludablemente el sentimiento. Dicho de otra forma: hay que ordenar y regular el amor para hacerlo más amigable y próximo a las neuronas. No hablo de restringirlo o cortarle las alas, sino de enseñarle a volar.
¿Qué queremos decir cuando hablamos de amor cuando decimos que estamos enamorados? Utilizamos como sinónimos de amor un sinnúmero de palabras que no significan lo mismo: pasión, ternura, amistad, erotismo, apego, enamoramiento, simpatía, afecto, compasión, deseo y expresiones por el estilo. No hemos podido precisar qué es el amor ni unificar su terminología. Para algunos, amar y sentir pasión, para otros, amor y amistad son la misma cosa, y no pocos asocia el amor a la comparación o a la entrega total y desinteresada. Pero, ¿quién tiene razón? ¿Los que defienden el sexo, los que prefieren el compañerismo o los que piensan que el verdadero amor es un hecho espiritual?
De acuerdo con los filósofos Comte-Sponville y Guitton, entre otros, pienso que el amor podría estudiarse mejor a partir de tres dimensiones básicas. Cuando estos elementos logran acoplarse de manera adecuada, decimos que estamos en presencia de un amor unificado y funcional. De acuerdo con sus raíces griegas, los nombres que reciben esos tres "amores" son: eros (el amor que toma y se satisface), philia (el amor que comparte y se alegra) y ágape (el amor que da y se compadece).
Hace algunos años, en otra publicación, propuse una estructura tripartita similar del amor: amor Tipo I (más emocional) referido al enamoramiento, Tipo II (más cognitivo/racional) referido al amor conyugal y Tipo III (más biológico) relacionado con el amor maternal. Sin embargo, la nueva clasificación arriba propuesta es más completa y rica en conceptos, más aplicable la vida práctica y más sustentada.
Un amor completo, sano y gratificante, que no se acerque más a la tranquilidad que el sufrimiento, requiere de la unión ponderada de los tres factores mencionados: deseo (eros), amistad (philia), y ternura (ágape). La triple condición del amor que se renueva a sí misma, una y otra vez, de manera inevitable.
Una pareja funcional cita tener sexo cinco veces al día (la calidad es mejor que la cantidad), estar de acuerdo en todo (las discrepancias leves reafirman la individualidad) o vivir un eterno romance (mucha ternura empalaga). El amor inteligente es un menú que se activa según las necesidades: todo en su momento, a la medida y armoniosamente.
Aunque a lo largo del texto profundizaré en cada uno de los tres elementos mencionados, haré aquí un pequeño bosquejo conceptual para facilitar su lectura posterior.
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Ama Y No Sufras
RomanceSe sufre demasiado por amor, esa es la verdad. Incluso los que se vanaglorian de estar perfectamente acoplados a su pareja, en lo más recóndito de su ser albergan dudas, inseguridades. ¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivoc...