•Cap 1• Editado

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Año 1728

Había discutido con mi padre, para despejar mi mente ensille mi caballo, con la intención de que el galopar y sentir el aire de la mañana en mi rostro se llevara lo molesto que estaba.

Usualmente paraba en un lago que estaba en la cercanías del palacio, donde me encontraba con una doncella de hermosos ojos jades, con la cual hablábamos por horas, ella usualmente me contaba que estaba cansada de que su padre le imponga como debía vivir, que siempre debía sonreír sin importar como estaba, en cierta parte sentía que éramos muy parecidos, ya que en mi caso, aspiraba a ser un gran general como lo eran todos en mi familia, pero al regresar de mi entrenamiento mi padre y hermano ya tenían planes para mí, lo cual yo no estaba de acuerdo, quería que el mundo me recordara por mis hazañas en el frente de batalla y no siendo el niñero de una niña quisquillosa.

Al llegar la busque en todas las direcciones, pero nada, tal vez hoy no pudo venir, o le había pasado algo, hice que mi caballo diera un giro y lo espolie para que comenzara a galopar en dirección al pueblo, en el camino me encontré con mi hermano.

-Sasuke, te he buscado por todos lados.-dijo con expresión seria, haciendo que nuestros caballos pararán en seco.

-Lo siento, tengo que resolver.- no tenia tiempo para seguir hablando intente espoliar a mi caballo para que retomara su camino.

-Ni se te ocurra darme la espalda, hoy es tu presentación ante la familia real.-alzando la voz.

-Declino la petición, yo he nacido para cosas más importantes, además ¿Por qué tengo que unirme a la guardia real?, acaso padre ¿No quiere que tenga descendencia?.-alce un poco la voz.

-Cuidar de la familia real es mérito suficiente para la casa Uchiha y padre ya dio su consentimiento.-sus palabras sonaban afiladas.

No me atreví a respondes, ya que sería una deshonra hacerlo, mi hermano emprendió el viaje hacia el palacio y solo me limite a seguirlo, deseando que mi bella doncella estuviera bien y rogando a dios para que su padre recapacitara sobre su decisión ya que el sentía que su corazón le pertenecía a la bella chica de ojos jade.

Las puertas se imponían frente a ellos, traspasando los muros se apreciaban la torres de vigilancia y más adelante los hermosos jardines imperiales, al llegar desmontamos frente a las escaleras de entrada y una sirvientas nos esperaba en la puerta, cruzaron palabras con mi hermano, cuando llegue a su lado me dijo.

-Cuando estemos en presencia de la familia real, te inclinaras y ofrecerás tu espada al servicio de tu rey, padre está ya en la sala, y ruega que no te rechacé la princesa.-dijo y siguió su camino.

-Espera hermano, ¿Ha rechazado a tus hombres antes?-pregunte con un poco de ilusión en mi interior.

-Si a muchos de mis mejores hombres, no sé porque lo hace, por eso con padre pensamos que serias la mejor opción ya que son casi de la misma edad, pero eres muy bueno en combate.-dijo y siguió su andar.

Al entrar en la gran sala, solo se encontraba el rey, ambos nos inclinamos y una voz a nuestras espaldas apareció.

-General Uchiha, pensé que todo había quedado más que claro, no necesito ninguna escolta suya ni de nadie.-dijo.

Mi hermano se giró y se volvió a inclinar, frente a la chica.

-Hija, seria para mi tranquilidad si solo aceptas a uno.-le dijo.

Me gire tan rápido que no alcance a ver a la chica parada frente a mi.-Seria un honor para mí que me aceptases.-dije esperando que me rechazara.

Al levantar mi cabeza nuestras miradas se cruzaron por un breve instante,

•Amor inmortal•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora