prólogo

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"Que movida. No era capaz de creer lo que veían mis ojos. En un principio pensé que había sido una alucinación a causa del porro que me había fumado esa noche. Pero, para variar no fue así... "

Era una mañana como otra cualquiera después de salir de fiesta. Me refugiaba debajo de las sabanas, deseando que las horas pasasen más rápido. La cabeza me dolía terriblemente y no tenia ganas de moverme de la cama. Pero, como no, me entraron ganas de ir al baño.

Mosqueado, intente aguantar las ganas, pero tendría que ir en algún momento. Decidí que cuando antes fuera, antes volvería a estar tranquilo y calentito en la cama. Nada más destaparme, estornude. Sabiendo mi historial de estar enfermo, me dirigí de puntillas (para no pisar mucho el suelo frío) hacia mi armario empotrado a pillar algo de abrigo. Y cuando estuve ya delante de él, abrí la puerta.

Sin esperármelo , un aire frío me golpeo y me tiró contra el suelo. La puerta rebotó contra el tope y se volvió a cerrar de golpe. Sobresaltado y dolorido en el culo por lo que había pasado. Durante un momento una pregunta apareció por mi cabeza. ¿De donde había procedido esa corriente de aire? Me levante y me acerque con cuidado a la puerta. En el suelo, parecía haber esquilas de nieve. Las toque con mis manos para ver si eran reales. Nada más posar un dedo sobre una esta desapareció. Parpadeé y empecé a golpear el resto de bolitas de nieve, a todas le paso lo mismo. Al terminar en el sueno no quedaba ningún rastro. Volví a parpadear extrañado y miré hacia la puerta. Cerrada parecía completamente inofensiva. Puse la mano en la manilla( que estaba fría al tacto) y abrí. Dentro parecía no haber pasado nada. Toda la ropa estaba perfectamente ordenada, y mi bata en el mismo sitio de siempre. No le di importancia a lo que había pasado. Y me reí susurrando: Que noche.... Pensando que todo había sido alguna alucinación.

Con la mano frotándome el culo donde había recibido el golpe me marche al baño. Como en aquel momento, el poder de las puertas no me tenia paranoico y aun no sabia nada, cerré con pestillo la puerta del baño. Meé tranquilo, bostece y me lave las manos. Fue Aquí,en este momento , cuando todo cambio.... bueno, exactamente fui yo el que cambié de lugar. Como bien os he dicho, yo aun no sabia nada, por lo tanto abrí la puerta del baño y sin fijarme de lo que tenia delante no era el pasillo de mi casa seguí adelante. No note ningún cambio. Absolutamente nada. Y de repente algo me golpeo... cerré los ojos y grité, levante las manos para cubrirme intentando evitar los próximos golpes que me fuesen a venir.... pero estos no aparecieron. Abrí al fin los ojos. Ya no estaba en casa....estaba en el parque de la universidad....a un kilómetro de mi casa.

¿Cómo era posible? ¿Como había hecho para moverme desde el baño hasta ahí?

Paco viaja entre puertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora