Estaba en el parque de la Universidad..... a un kilómetro de mi casa....¿cómo era posible.....? Nadie se había dado cuenta de mi aparición repentina. Y eso de que el parque estaba plagado de gente. Los niños jugaban en el campo. Grupos de adolescentes sentados en los bancos hablaban sin parar de reírse. Y estudiantes universitarios agobiados en los merenderos repasaban apuntes.
¿Cómo era posible?
-¡Lo siento señor!-levanté los ojos instintivamente hacia la voz. Una niña de unos siete años se había disculpado por haberme metido un balonazo en la cara. No le conteste nada y eso ocasionó que se marchase corriendo a su grupo de amigitos sin parar de mirarme pensando quien era ese loco.
Daba bastante el canto. Abrigado solamente con un pijama y una bata (y completamente descalzo), confundido y sin tener muy claro que hacer empecé a caminar . ¿Se daría cuenta mi hermana de que no estaba en casa? ¿Llamaría a nuestros padres? Parecía estúpido que pensase en esas cosas ahora y no me preocupase en como volver a casa. No tenía mí móvil para avisar a nadie. No tenia ni un mísero euro para coger un bus. Podía pillar un taxi, pero no creo que ningún taxista se prestase en llevar a un adolescente con pintas de loco. Después de la fiesta que había tenido ayer, no es para que me levantase con cara feliz precisamente.
Me había pasado bebiendo chupitos (y muchas cosas más...) a los cuales siempre me invitaba la hermana de Melissa, Tamara o como la llamaban sus amigos la Amor. Sabía a la perfección que ella solo pretendía emborracharme para que me liara con ella o algo más. No voy a negar que no me deje llevar por sus caricias y risas, la tontería del momento y el calentón. Pero antes de ser más un tío que formase de su lista "tíos a los que me follado" me escabullí de su lado alegando que tenía que ir a echar una meada. No volví a pasar por el local donde la había dejado plantada. Le había importado una mierda, como bien descubrí después. Había colgado fotos en Instagram morreándose con El Chupi.
Caminando un poco más desesperado y encontrando la solución a mis problemas empecé a pensar en que casa de que amigo podía acabar pidiendo su ayuda. No se extrañarían de verme en esas pintas, seguramente. Estaban más que acostumbrados que verme hacer el gilipollas. Pero desde que había dejado el instituto y ya no me veían más menudo, ya no disfrutaban de todas mis tonterías. Recorrí mentalmente cada uno de ellos y donde vivían. A pocas calles tenia a Daniela, pero ella se había ido al pueblo con sus padres. También tenia cerca a Vanesa. No obstante ella al igual que yo, seguramente estaría en cama deseosa por que nadie la molestase. Así que me encaminé en dirección a la única casa plausible.
Todo el mundo de la calle me miraba y hasta algunas personas al verme disimuladamente cambiaban de acera. Los padres con los niños amarrados por la mano intentaban que estos no se separen de ellos o en otras palabras, que no se acercasen a mi. En menos de quince minutos me plante el número 67 de la calle Córdoba.
Antes de calcar el piso donde vivía Norman me quede petrificado. La puerta. Delante de mi había una puerta. Pensareis que soy un estúpido diciendo esto, pero joder...era un puerta. la típica de los portales de entrada a pisos, transparentes y con el número escrito. Pero al fin y al cabo una puerta. ¿y si volvía pasar? ¿ y si nada más tirar de la puerta esta me llevaba a otro lugar? Sacudí la cabeza quitando mis preocupaciones y timbre.
A través del pequeño altavoz, sonó una voz ronca:
-¿Sí?¿Quién es?
-Norman, tío, anda, ábreme la puerta....Necesito que me ayudes...
-Paco...¿Eres tu? espera...Ahora te abro...
Y Ahora toca el turno de la voz falsa de la portera electrónica"Puerta abierta, por favor cierre la puerta después de entrar" Tiré de la puerta con miedo de lo que viese a continuación no fuese el portal del edificio de Norman. Por un momento mi mente no pudo evitar pensar que me podía encontrar al otro lado, si una tienda, el museo de sexo de Ámsterdam o el baño de un restaurante de comida rápida. Para mi alegría no pasó nada. Grite un si demasiado alto y entre dentro.
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Paco viaja entre puertas
Action"Que movida. No era capaz de creer lo que veían mis ojos. En un principio pensé que había sido una alucinación a causa del porro que me había fumado esa noche. Pero, para variar no fue así... " Abrir puertas puede ser algo sin ningún riesgo, pero t...