Pensar no está de más

Primero...

Eres una chica de 17 años, patinadora y con unas metas no muy claras. No eres común, lo sabes. Te gustan los videojuegos, juegas en PC, no te gusta ir de tiendas, prefieres quedarte en casa y comprar por Internet, no hay colas, no hay estrés y vas a tu rollo. Tampoco te gusta salir de fiesta, las veces que has ido han resultado tristemente aburridas al final.

Dejaste el bachillerato al acabar primero y te fuiste a un ciclo medio de informática. Allí encontraste un buen ambiente, aunque estabas rodeada de chicos no te importó, siempre te llevaste mejor con ellos. Por primera vez te sentías a gusto con un grupo de personas.

Cuando empezaste el curso tenías pareja, que semanas después te dejó por "miedo a hacerte daño", mejor así, solo te traía problemas. No mucho tiempo más tarde empezaste a fumar, no por hábito, más bien por ansiedad y siempre controlándote. No te gusta la idea de depender de una substancia a no ser que tu vida dependa de ella, y con las drogas no iba a ser menos, las pruebas y a otra cosa. También vinieron los problemas en casa que más tarde se solucionaron. Y empezaste una relación con derechos con uno de tus amigos.

Y ahora, en el presente, el año está apunto de acabar, la relación con derechos que tenías con uno de tus compañeros de clase también. Pero tienes algo muy claro...