Por fin todo terminó, la guerra ha finalizado, Voldemort ha perdido y yo... Bueno yo tengo hambre.
Estoy feliz de que ningún Weasley haya muerto, sí habéis oído bien, ningún Weasley ha muerto.
Ahora vamos todos de camino a La Madriguera, nadie habla, todo el mundo esta aún en estado de shock y pensando en los acontecimientos de los últimos días.Harry esta a mi lado cogido de la mano de Ginny. Ya me he acostumbrado a verlos juntos, aunque al principio se me hacia raro ver a mi mejor amigo besando a mi hermana pequeña, ahora ya se que el nunca le haría daño.
En mi otro lado esta Hermione, con la mirada perdida. No puedo evitar sonreír al verla y menos después de lo que ha pasado hace unas horas en la cámara de los secretos. Aún no me puedo creer que nos hayamos besado!
-¿en que piensas?- me preguntó de repente.
-En todo supongo... En que estoy feliz de que al fin todo haya acabado y de que estemos todos bien- Contesté-Yo también me alegró de que todo haya terminado. Tal vez al fin consigamos tener un año tranquilo en Hogwarts.
-Lo dudó, nunca habrà un año tranquilo en Hogwarts- Al decir eso a Hermione se le dibujo una sonrisa en la cara. Me encanta cuando sonríe me causa una sensación en el estómago demasiado genial como para describirla.
Y antes de que me diese cuenta ya habíamos llegado a la Madriguera. Entonces entramos y mamá se dirigió a la cocina y un minuto después salió con un enorme pastel en sus manos y a mi se me hacia la boca agua y fui corriendo a buscar un trozo. Y cuando estaba a punto de coger un trozo, Fred y George hicieron levitar el pastel y todo el mundo empezó a reír mientras yo corría detrás del pastel hambriento en busca de un trozo.
Entonces Hermione con un movimiento de varita hico descender el pastel a mis manos y yo me quede muy contento porque por fin podía comer pasteeeel.